“Hay gente espiritual que no reconoce a Dios”

“Hay gente espiritual que no reconoce a Dios”

El autor de Crecer y crecer afirma que lo espiritual todavía no ha sido desvinculado de lo religioso en los países de habla hispana. Y remarca que la inteligencia espiritual es el gran antídoto contra el narcisismo. “Nos permite tomar distancia y comprender que somos parte de un todo”, sentencia el catedrático catalán

ADVERTENCIA. “Si las mujeres se fueran de las iglesias, los templos quedarían desiertos”, asegura Torralba Roselló. la gaceta / archivo ADVERTENCIA. “Si las mujeres se fueran de las iglesias, los templos quedarían desiertos”, asegura Torralba Roselló. la gaceta / archivo
06 Abril 2014

Por Fabiana MastrangeloPara LA GACETA - Barcelona

- La inteligencia espiritual ha sido puesta de relieve en el contexto anglosajón y norteamericano. ¿Cómo ha sido la recepción en el ámbito hispanoamericano?

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- Los primeros que articularon la “inteligencia espiritual” fueron los anglosajones como Zohar y Marshall. Cuando me introduje en la bibliografía sobre el tema, encontré que lo habían estudiado en Estados Unidos, Canadá y Australia y, luego, en Inglaterra. En los ámbitos mediterráneo y español existía un desierto bibliográfico. Tuve la intención de hacer un libro para llenar ese desierto. Si uno dice en Estados Unidos “tengo intereses espirituales”, da una muy buena impresión, porque significa que es una persona que tiene profundidad, compasión, apertura, cosmopolitismo, es una persona que valora sus actos. En Hispanoamérica lo espiritual se relaciona con lo religioso-confesional. Sin embargo, la palabra espiritual no pertenece a ningún credo, filosofía ni religión. La inteligencia espiritual todo ser humano la tiene más o menos desarrollada, como la inteligencia lingüística. Encontramos personas con intereses espirituales que meditan, reflexionan, contemplan pero no reconocen una divinidad, no son devotas de un Dios y mucho menos partícipes de una comunidad religiosa. En Europa, especialmente en Francia, Italia, Inglaterra hay muchos pensadores que dicen: “espiritualidad sí, pero sin dogmatismo”. Si bien yo soy católico, pienso que no podemos aprisionar lo espiritual dentro de lo confesional. Hay personas que son profundamente espirituales y nunca han entrado a una iglesia. Hay gente espiritual que no reconoce a Dios. El budismo es una espiritualidad sin Dios. En síntesis, y volviendo a tu pregunta de por qué no se ha desarrollado el concepto de inteligencia espiritual en los países hispanoamericanos, eso ocurrió porque no se entendía esta desvinculación. 

- Este año, con la elección del papa Francisco, hemos visto el mensaje simple que puede dar un líder con un pequeño gesto, como continuar utilizando sus zapatos antiguos o elegir usar una cruz que no es de oro macizo. 

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- En el ámbito espiritual, el liderazgo exige el cultivo de tres inteligencias, teniendo en cuenta lo que dicen Gardner, Goleman. Esos tres elementos son: inteligencia social, emocional y espiritual. La primera es la capacidad de establecer vínculos, que es lo que ha hecho el papa Francisco porque tiene la capacidad de armar redes y generar empatía. La inteligencia emocional se da en la persona que tiene la capacidad de contener las emociones negativas, suscitar emociones positivas y expresarlas correctamente. En cuanto a la inteligencia espiritual, en mi libro identifico 17 capacidades y en el líder considero que se deben cultivar tres que son básicas

- ¿Cuáles son estas tres capacidades?

- La primera es el sentido, el individuo que no ve sólo lo inmediato, se anticipa. Él lo ve y tiene capacidad de sumar a otros en esa idea. El líder dice: “tenemos que ir allá”, por ejemplo liberar a la India de la dependencia, conseguir la igualdad entre blancos o negros o lograr la renovación en la iglesia. La segunda capacidad es tomar distancia. El líder no vive enganchado en la realidad, sabe ver sus debilidades, dónde flaquea y tomar distancia. La tercera capacidad es trascender, ir más allá, no contentarse con lo que ha conseguido, esperar siempre más. La inteligencia espiritual le permite al líder coordinar mejor. Hoy hay líderes de multinacionales que meditan; líderes religiosos que tienen mucho de lo que aquí llamamos “el asesoramiento filosófico”. 

- El papa Francisco da a la mujer un lugar relevante en la Iglesia. Por ejemplo, para Pascuas lavó los pies a las mujeres de una cárcel. 

- Si las mujeres se fueran de la iglesias, los templos quedarían desiertos. Hay mayor cantidad de catequistas y formadoras en las iglesias. Incluso las feligresas son más del 70% y, también, entre mis lectores hay más mujeres. 

- ¿Cómo llegó a la conclusión de que en las personas espiritualmente inteligentes se observan más definidamente la capacidad de asombro y misericordia y de aceptar las situaciones límites de la vida. la intuición, la fidelidad a la voz interior, la esperanz1a y coraje sostenidos en el tiempo, la benevolencia universal? 

- En líderes como el Dalai Lama y el papa Francisco observan esos tipos de actitudes. Son personas profundas, escuchan, no viven conforme al ego, practican la compasión, se asombran de todo, hasta de la más pequeña flor. Esto también se ve en santos de la Iglesia como San Francisco de Asís. Por supuesto que cada uno tiene su forma particular de meditar, de asombrarse y de liberarse del ego. Estas personas se entregan a causas trascendentes, son capaces de dar su tiempo, su trabajo y hasta su vida por ello. Por ejemplo, Maximiliano Kolbe dio su vida en el campo de concentración de Auschwitz para que un padre de familia -que acababa de conocer allí- no fuera ejecutado por los nazis. 

- ¿Esto significa desasimiento?

- Así es, significa desprenderse -en castellano antiguo se denomina desasimiento-. Es lo que encontramos en los místicos. Por el contrario, cuando una persona tiene menos cultivada la espiritualidad está más apegada al ego. El líder suele quedarse atrapado en el ego, en el narcisismo. Se cree el centro del mundo y pierde la espiritualidad. La inteligencia espiritual es el gran antídoto porque nos permite tomar distancia y comprender que somos parte de un todo.

- En su obra, usted afirma que la inteligencia interpersonal faculta para tender vínculos y el espacio donde se cultiva es en la soledad. Incluso propone como uno de los pilares para cultivar la inteligencia espiritual: la “práctica asidua de la soledad”. Sin embargo, hoy vivimos en una “muchedumbre de hombres solos”, como afirmaba Aldous Huxley. En el contexto actual hay mucha soledad pero no necesariamente significa espiritualidad. 

- La soledad es un ámbito donde uno puede activar esa inteligencia, pero dependerá del tipo de soledad. Uno puede estar en su casa solo, frente a la televisión, pero no necesariamente cultivando la espiritualidad, especialmente si se llena de imágenes y sonidos que son basura. También puede estar paseando en una montaña y estar meditando u orando. Hay una soledad que estimula la inteligencia espiritual y hay otra que es sólo aislamiento. En esta te encuentras separado de los otros y no tienes una relación contigo mismo. Por el contrario, puedes estar en medio de la gente y adentrarte en tu ser, proyectar, recordar, valorar tus vínculos. Esta es la soledad que ayuda a valorar la inteligencia interpersonal. 

- ¿Es posible encontrar la visión espiritual universal en un retiro?

- Existen monasterios que reciben personas no creyentes para realizar retiros, especialmente, los fines de semana. En estos ámbitos hay paseo, diálogo, reflexión, y silencio, mucho silencio. Existe una sed de espiritualidad que se da, a veces, en entornos monásticos y, otras, en contextos no monásticos. Uno puede salir a pasear por la playa y cultivar la espiritualidad igual que en un monasterio. Lo importante es que la persona medite, valore, se sienta parte del todo, luche contra su ego y defina su misión en la vida.  

© LA GACETA


Fabiana Mastrangelo - Historiadora, máster en docencia universitaria.

PERFIL

Francesc Torralba Roselló (Barcelona, 1967) es doctor en Filosofía por la Universidad de Barcelona y doctor en Teología por la Facultad de Teología de Catalunya. Es director de la Cátedra Ethos de la Universidad Ramón Llull, en Barcelona. Entre sus últimos libros, cabe destacar El arte de saber escuchar (2007), El sentido de la vida (2008), Inteligencia espiritual (2010), Inteligencia espiritual en los niños (2012) y Crecer y crecer (2013).

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