Alperovich y Cano dividen, suman y restan

Alperovich y Cano dividen, suman y restan

Política hacemos todos los días, pero de nombres vamos a hablar recién el año que viene. Así contestó Alperovich cuando fue consultado ayer sobre la chance de que su esposa, Beatriz Rojkés, sea candidata a gobernadora en 2015. Y es cierto que hace política todos los días, porque arrancó la semana analizando las piezas del rompecabezas electoral. Y tampoco miente cuando dice que de nombres aún no hablará: los números son difusos y por el momento no ve un candidato que claramente asegure la continuidad del alperovichismo en la Casa de Gobierno.

Según una papeleta con números de una encuesta que circula desde hace algunos días, los mejores posicionados del oficialismo de cara a la sociedad son el binomio Rojkés-Jaldo, en ese orden, con 10 puntos de diferencia entre Rojkés y el radical José Cano, que encabeza la nómina entre los políticos relevados. Opositores y oficialistas comentan las cifras y dibujan estrategias en medio de sumas y restas. Los números que se cuchichean en el mundillo político indican que Cano posee unos 30 puntos de imagen, seguido por Rojkés (con unos 20), por Osvaldo Jaldo (con algo más de 11), por Domingo Amaya (con alrededor de 10) y, más lejos, por Juan Manzur (4%).

El radicalismo festeja que el diputado nacional encabece el relevamiento, pero los datos les plantean algunos peligros. Uno de ellos es que Cano no creció respecto de las elecciones del año pasado, aunque mirando el “vaso medio lleno” tampoco perdió espacio. El problema es que si ese porcentaje se traspola al año próximo no será suficiente para que la UCR triunfe.

En el peronismo el rumor sobre los números de esta encuesta dejó a varios preocupados y a algunos exultantes. El alperovichismo no baja la guardia desde que el año pasado Cano superara la barrera de los 300.000 votos. Y que en 2014 se mantenga a la cabeza de la consideración social no le hace gracia. Pero ellos también observan el “vaso medio lleno”: si los porcentajes de imagen se tradujeran en votos, sumarían los 20 puntos de Rojkés, más los 11 de Jaldo, más los 10 de Amaya: redondean que, tranquilamente, podrían arañar el 50%. Lógico que, para que esto suceda, deberían lograr unir al peronismo alperovichista con el amayista. Por eso los números abren varias interpretaciones.

Una es que -como dijo a nuestro diario el concejal Ramón Cano el 18 de enero- “si el peronismo no va unido, en 2015 pierde”. Otra es que el intendente de la capital debería estar dentro del espacio alperovichista para garantizarle el triunfo. En este caso, el gobernador debería convencer al jefe municipal de que solo no podría pelear por la Gobernación y ofrecerle algún cargo interesante. Se habla de que podría ofrecerle la intendencia a su coequiper Germán Alfaro y a él una senaduría. El “palo en la rueda” con el que se podría topar Alperovich es el del canismo dialoguista, que estaría dispuesto a sumar un peronista en su fórmula: si es Amaya -y si los números de la encuesta se mantienen- la balanza entre ambas fuerzas estaría equilibrada peligrosa y paradójicamente.

Lo que sorprendió a muchos fue la caída del vicegobernador en uso de licencia, que perdió unos 15 puntos de imagen entre mediados del año pasado y comienzos de este período. También llamó la atención un dato fehaciente: hay distritos como la Capital y Yerba Buena que ya no podrán ser recuperados por el alperovichismo. Por ello, la estrategia oficialista estaría virando y apuntaría a fidelizar el interior profundo.

Hasta aquí, nadie “mide” al massismo, pero con los números ajustados el aporte del sonriente hombre de Tigre puede terminar siendo decisivo. Falta mucho y los números seguramente se modificarán, pero la danza de nombres sigue bamboleándose al ritmo de las incógnitas y oportunidades que presenta el fin de ciclo político.

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