Dos tucumanos que apuestan por el “Millo”

Dos tucumanos que apuestan por el “Millo”

Kranevitter y Cabrera disfrutan el momento en River. Video

Dos tucumanos que apuestan por el “Millo”
30 Marzo 2014
BUENOS AIRES (Corresponsal El Intérprete, especial para LA GACETA).- “Sólo es capaz de realizar los sueños el que, cuando llega la hora, sabe estar despierto”, decía el escritor español León Daudí. Y vaya si estuvo despierto Matías Kranevitter el día que, con 14 años, fue seleccionado entre más de 200 jóvenes para entrar a formar parte de River y así cambiar Yerba Buena por Núñez.

El camino de Víctor Cabrera, con algunos matices, no difiere mucho del de Matías, nacido en la ciudad de Lules, con casi 14 años fue descubierto por el “Indio” Solari quien lo llevó al club emblema en formación de jugadores, Renato Cesarini. Posteriormente y con 17 años, se fue a probar a River donde le dieron el visto bueno y hoy ya es jugador de la Primera.

Matías y Víctor vivieron una semana con muchas expectativas y no menos ansiedad. Es que ambos van a formar parte de uno de los eventos deportivos más importantes del mundo: el Boca-River. Si bien cada uno lo vivirá desde un lugar diferente, ya que Kranevitter estará entre los 18 convocados del primer equipo y Cabrera será titular en el partido de Reserva, estos dos tucumanos sueñan ganarle al clásico rival en su propia casa y con su gente después de 10 años.

Pero además del duelo entre los dos clubes más populares del fútbol argentino, también se dirimirá la pugna entre los dos técnicos más ganadores y emblemáticos de sus respectivos clubes: Carlos Bianchi y Ramón Díaz, el DT al que pueden analizar los tucumanos. “Habla lo que tiene que hablar, no es que está encima de uno. No anda con vueltas, si te tiene que decir algo te lo dice”, sostiene Matías. El que sorprende con su comentario es el defensor que resalta la labor de Emiliano Díaz. “Con Ramón tenemos menos trato que con Emiliano, uno es más motivador y el otro es más de bromear. Siempre nos carga, nos dice tucumanos mañeros, mano larga”.

Matías y Víctor hablan de la ansiedad con que se vive la semana previa a un súperclásico, pero esta sensación bien se la puede relacionar con sus vidas cotidianas en Buenos Aires.

La intimidad previa

“Aquí tenés que estar todo el día metido, respetar horarios y comidas. Nosotros desayunamos y almorzamos en el club, todos alimentos Light que nos proporciona el nutricionista” dice “Colo”, que esta semana aprovechó para descansar. “Trato de dormir la siesta, los entrenamientos son muy duros y a eso sumale las casi tres horas entre ida y vuelta a Ezeiza donde practicamos con el plantel”.

Sin embargo, cuando logra salir de su faceta de jugador sus sentimientos lo traen a Tucumán. “Extraño el barrio, juntarme con mis amigos a tomar una gaseosa debajo de un árbol hasta que se hace de noche. Aquí eso no existe”, aclara.

Y Víctor aprovechó para leer y tomar mate. Más allá de no tener la misma presión que Kranevitter, el defensor de 21 cuenta que necesita apoyarse en el psicólogo del club para mantenerse anímicamente. “Yo soy mucho de fastidiarme por eso necesito charlar con él para contarle todo lo que me pasa, hacemos juegos para estimular la concentración. Además, me encanta leer y siempre que puedo lo hago”.

Hoy será la hora de la verdad, y más allá de la simpatía que tengan los hinchas tucumanos por uno u otro equipo, es imposible no sentirse orgulloso de la presencia de dos jugadores de la provincia en el evento futbolístico más importante a nivel clubes del año. Kranevitter y Cabrera, cada uno desde el lugar que le toca, coinciden en un mismo sentimiento: “como hinchas de River queremos ganar el clásico”.

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