"Los sacerdotes no son dueños de sus parroquias", dijo Francisco

"Los sacerdotes no son dueños de sus parroquias", dijo Francisco

El Papa recibió al ministro Tomada y a un sindicalista.

AUDIENCIA. El Papa saludó al ministro Tomada. FOTO TWITTER @BETTAPIQUE AUDIENCIA. El Papa saludó al ministro Tomada. FOTO TWITTER @BETTAPIQUE
26 Marzo 2014
El papa Francisco dijo hoy que obispos y sacerdotes deben estar al "servicio de su comunidad" y que no pueden considerar a la Iglesia de su propiedad, en su catequesis durante la audiencia general celebrada esta mañana en la Plaza San Pedro.

"Los obispos no son dueños de sus diócesis ni los sacerdotes de sus parroquias", dijo el papa argentino Jorge Bergoglio ante una plaza colmada con 55 mil fieles, donde brindó una catequesis dedicada al sacramento del orden sagrado.

"Si no están al servicio de la comunidad no hacen el bien y es algo equivocado", expresó y les pidió "amor apasionado por la Iglesia, que no han de considerarla de su propiedad sino del Señor".

Según informó la agencia EFE, el papa agregó que "cuando no se alimenta el ministerio con la oración, la escucha de la Palabra, la celebración cotidiana de la Eucaristí­a y la recepción frecuente del sacramento de la Penitencia se termina perdiendo el sentido auténtico del propio servicio y la alegrí­a que deriva de una profunda comunión con el Señor".

"Pidamos también para que no falten nunca en nuestras comunidades pastores auténticos", concluyó Francisco.

Durante la audiencia general, Francisco saludó al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y al sindicalista Gerardo Martínez, de la Uocra, quienes habían viajado a Roma especialmente para verlo. Francisco además aceptó la renuncia del obispo de la diócesis alemana de Limburg, Franz-Peter Tebartz-van Elst, al que había apartado temporalmente de su cargo tras conocerse sus gastos excesivos, como la construcción de una suntuosa residencia episcopal.

Francisco pidió también a los fieles de la diócesis de Limburg que reciban la decisión con sosiego y con el compromiso de querer encontrar un clima de caridad y de reconciliación.

El escándalo estalló después de que los medios de comunicación alemanes denunciaran el lujoso estilo de vida del obispo y revelaran que el costo de las obras de su nueva residencia episcopal ascendían a unos 31 millones de euros.

La lujosa y amplia vivienda cuenta con una bañera en el cuarto de baño personal del obispo de 15.000 euros y un comedor de 63 metros cuadrados, valorado en casi 3 millones de euros, un gasto contrario al estilo sencillo y humilde que impulsa el papa Francisco.

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