Último adiós a Adolfo Suárez, primer presidente de la democracia española

Último adiós a Adolfo Suárez, primer presidente de la democracia española

El ex mandatario, fallecido hoy a los 81 años, padecía Alzheimer y había perdido totalmente la memoria. Fue el líder de la transición

ADOLFO SUÁREZ. ADOLFO SUÁREZ.
23 Marzo 2014
MADRID - Adolfo Suárez lideró una transición democrática, desmontó las estructuras de una dictadura, lidió con la derecha y con la izquierda de un país, pero no pudo con su mayor enemigo: el Alzheimer. 

La enfermedad que terminó hoy con su vida fue borrando desde hace una década todos sus recuerdos e hizo que muriera sin recordar que fue el primer presidente del gobierno de la democracia española. Sin ser consciente de que España recuerda y honra su legado. 

"El fallecimiento se ha producido a causa de un deterioro neurológico severo, es la evolución natural de su enfermedad la que le ha llevado al desenlace final", dijo la médico que le atendió en una clínica de Madrid durante sus últimas horas de vida. 


A Suárez no le gustaba hablar de enemigos, sino de "adversarios". Pero con el Alzheimer libró su particular guerra. "Él ya no recuerda nada, no conoce a ninguno de los hermanos, lo que sí mantiene es una enorme simpatía, reacciona al cariño de forma inmediata", contaba su hijo ya en 2005, tras hacer pública la enfermedad. 

Con la aparición de los primeros síntomas, el ex presidente se dio cuenta de su deterioro. Y sufrió en soledad. "Era consciente de cómo iba perdiendo facultades y cómo nos iba 'engañando' a toda la familia", explicó entonces su hijo. 

Alejado ya de la vida política desde hacía dos décadas, sus últimas apariciones públicas en los primeros años del siglo XXI provocaron comentarios y especulaciones sobre su estado de salud, especialmente cuando en varias ocasiones habló de personas que ya habían fallecido como si vivieran. 

En mayo de 2002 acudió por última vez al Parlamento. "Tengo muy buenos recuerdos", le dijo entonces a una periodista. Pero pronto se diluyeron. 

El 2 de mayo de 2003, leía un discurso para apoyar a su hijo en una campaña electoral y por dos veces leyó la misma hoja. Se puso nervioso, se rascó la cabeza, dio varias vueltas a los papeles que tenía ante él y dijo con su habitual desparpajo: "Tengo un lío de mil diablos con los papeles", provocando una carcajada entre los asistentes. Fue la última vez que intervino en un acto político. 

Poco después, en mayo de 2005, su familia confirmaba lo que ya sospechaba buena parte del país: "Adolfo Suárez padece una demencia senil degenerativa desde hace varios años", afirmó su hijo. 

La muerte de su mujer a causa de un cáncer en 2001 había sumido al ex presidente en una profunda tristeza, de la que nunca se recuperó. 

Dos años después, en 2003, la misma enfermedad terminó con la vida de su hija Mariam. Pero Suárez ya no se enteró. Cuando su hijo Adolfo le contó que Mariam había muerto, él solo le preguntó: "¿Y quién es Mariam?". 

"¿Tú también vienes a pedir dinero?", le espetó al rey Juan Carlos cuando este, en 2008, acudió a la casa de su amigo, con el que compartió vicisitudes en la Transición, para condecorarle con el Toisón de Oro. "Naturalmente, yo vengo a pedir dinero donde sé que hay", le respondió el monarca, socarrón. Fue la última vez que se vieron. El rey no podía soportar ver a su amigo y no poder compartir con él conversaciones. 

Durante los últimos años de su vida, a medida que él olvidaba, España recordaba y reconocía su labor: su carisma al frente de un gobierno en una recién inaugurada democracia, su cercanía a los ciudadanos en un país en el que estaba todo por hacer, su sonrisa abierta y su conocida mirada "picarona". Esa que permaneció hasta el último día, aunque no reconociera a los que le rodeaban. 

Condolencias de Aznar

El ex jefe del Ejecutivo español José María Aznar expresó hoy sus condolencias por la muerte de Adolfo Suárez y ensalzó su labor como primer presidente de la democracia española. 

"Le recordaremos siempre, le respetaremos y honraremos su memoria (...) Tendrá siempre un puesto de honor en la democracia española", dijo a las puertas de la clínica donde permaneció ingresado Suárez durante los últimos días. 

Tras dar el pésame a la familia del fallecido, se detuvo ante los medios de comunicación junto a su esposa, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. 

"Tengo historia y recuerdos de Adolfo Suárez, pero sobre todo prevalece un sentimiento de unión con su familia y de reconocimiento en la historia de España", señaló el que fuera presidente del gobierno de España entre 1996 y 2004. 

Suárez falleció hoy a los 81 años tras una larga enfermedad que borró de su memoria todos sus recuerdos. En 1977 se convirtió en el primer presidente de la democracia española tras la muerte del dictador Francisco Franco. Los primeros síntomas de la enfermedad le obligaron a retirarse de la vida pública en 2003. (DPA)

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