Una de cowboys en la Legislatura
El viejo Oeste del PJ tucumano no quiere quedarse en las lejanías del poder. Mientras comienza a rodarse el ocaso del alperovichismo, la historia parece que irá tomando el formato de un spaghetti western. Sólo sobrevivirán los que tengan buena puntería; en este caso, para manejar los tiempos.

Curtidos por las batallas de la política, algunos legisladores sin re-re que anidan del lado donde se guarda el sol buscan estrategias para conservar un papel de relevancia más allá de 2015. Incluso lo hace Juan Antonio Ruiz Olivares, secretario de la Cámara y guardián de la Casa de Gobierno en el espejado edificio del parlamento. Cuentan que ya habló con algunos hombres de peso, como el ex vicegobernador de Julio Miranda, Sisto Terán; con Roque Álvarez, jefe del bloque oficialista; e incluso con su vecino monterizo, el presidente subrogante de la Legislatura, Regino Amado. En las charlas, el funcionario legislativo habría avisado que quiere volver a ocupar una banca en el recinto desde 2015, incluso por fuera del armado del FpV si es necesario. Aquí no habría tiroteos ni choques de intereses: Terán y Amado podrían colocar la mira en las intendencias de Yerba Buena y de Monteros, respectivamente, aunque sueñan despiertos con aparecer en alguna fórmula oficial para suceder a José Alperovich. Saben sin embargo que Juan Manzur –de inminente regreso-, Osvaldo Jaldo y hasta Domingo Amaya corren con ventaja en este preludio de la batalla en el PJ. Álvarez, en tanto, todavía no quiere desenfundar en Tafí Viejo. ¿Habrá duelo con algún delfín de Javier Pucharras?

La vieja guardia peronista del Oeste tiene un objetivo en común: mantenerse con vida. La pronta aparición del massismo en la Legislatura fue un capítulo bisagra. Gerónimo Vargas Aignasse, José Orellana y José Teri son los primeros cowboys en saltar el cerco en 11 años. Y podrían aparecer más. Se dice que Víctor Lossi –hombre del Este- anduvo preguntando condiciones para dejar el “Tucumán Crece”, supuestamente enojado porque no se le avisó que había dejado de ser miembro y secretario de la comisión de Asuntos Municipales –en ese rol está el alperovichista Iván Llorens Dip-, y además se lo despojó de la secretaría del bloque, desde la semana pasada en manos de Adriana Najar de Morghenstein. El bandeño no sería el único descontento. La fugaz visita de Sergio Massa hizo que varios pistoleros salieran de sus trincheras. Los dirigentes que sostienen la primera línea, pese a sus diferencias, decidieron un alto el fuego, al menos en las formas. El viernes a la noche, cuando Álvarez festejó su cumpleaños sólo con los “compañeros” que lo habían llamado, sorprendió ver a la mesa a los ultraalperovichistas Guillermo Gassenbauer y Marcelo Caponio. Fruto de estos recientes acuerdos entre la tropa más fiel al gobernador y el bando veterano surgieron algunos de los nombres de las comisiones. El camporista Jesús Salim, operado de apéndice, se enteró en la cama que se habían dividido las presidencias de los grupos de trabajo. No le ofrecieron nada. Sí tuvo la chance Emiliano Vargas Aignasse, a quien se le preguntó si quería ser secretario de Legislación Social. A diferencia de su proactiva hermana, Carolina Vargas Aignasse, que solía acumular responsabilidades, el reemplazante de la actual funcionaria declinó la propuesta sin demasiados argumentos.

En este western, el tiroteo por las comisiones tuvo algo de ficción. Por algo los amayistas Alfredo Toscano y Beatriz Ávila no fueron a la reunión en la que el bloque oficialista finiquitó la salida de los massistas. A la vez, el trío del Tigre fue despojado de cargos, mas no de recursos. Eso sí: no pueden esperar ni una munición del armado oficial para el duelo de 2015. El objetivo del alperovichismo, hoy, es no continuar nutriendo nuevos bandos.

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