2015: impuestos, “justicia” y traiciones

2015: impuestos, “justicia” y traiciones

El fin de ciclo político promete escándalos, mentiras, sorpresas y dolores de cabeza para la sociedad. Falta más de un año para el recambio de autoridades provinciales y nacionales, pero ningún político quiere ser como el buey lento que toma agua sucia y por eso desde ya pergeñan alianzas, se alejan de viejos socios, se abrazan con nuevos compañeros y buscan la forma de garantizar que no matarán a la gallina de los huevos de oro al cambiarse de camiseta.

En ese camino se encuentra el amayismo, que con amagues maradonianos insinúa su divorcio con el alperovichismo, pero continúa con la paralela hasta tanto no se asegure que la billetera no mate su galantería.

El pataleo público que ensayó Amaya en la apertura de sesiones por más autonomía le jugó en contra. Alperovichistas y opositores le apuntaron con el dedo índice en alto: ¿qué pide autonomía si firma el Pacto Social?, le enrostraron. Con picardía, el amayismo jugó a dos bandas para no quedar fuera de esa asistencia financiera provincial que le garantiza el pago de los salarios. Ahora, ante la guerra del fin de ciclo, Amaya construye una bomba que neutralice su necesidad dinetaria del alperovichismo. Se trata de la Resolución 032/2013 de la Dirección de Ingresos Municipales. Esa norma establece la creación del Régimen de Recaudación Bancaria del Tributo Económico Municipal (TEM). En pocas palabras, la imposición de un nuevo impuesto que encarecerá todas las operaciones que los vecinos realicen en los bancos de San Miguel de Tucumán. El TEM debía entrar en vigencia el 1 de noviembre del año pasado, pero se frenó por problemas diversos, que incluyeron falencias en el texto de la norma, la amenaza de futuros planteos por inconstitucionalidad y reclamos de los bancos, que se vieron en un brete (de procedimiento e informático) para implementar la norma. Esas demoras retrasaron uno de los escudos -el financiero- con los que pretende contar Amaya si finalmente rompe con su padre putativo. Para tratar de acelerar la aplicación de este impuesto, Ingresos Municipales emitió -primero- la Resolución 034/2013 que dispuso suspender por 120 días la ejecutoriedad de la medida. Ese plazo se venció el 24 de febrero. Antes, el 24 de enero, dictó la Resolución 004/2014, con la que buscó subsanar los problemas de forma. No fue suficiente para que entrara en vigor a fines de febrero: los bancos no habían logrado aún ajustar sus sistemas para cobrar el TEM y el plazo se amplió un mes más. En definitiva, en este marzo los contribuyentes y los banqueros de San Miguel de Tucumán soportarán el peso de un nuevo tributo, que viene empapado de tufillo a elecciones 2015.

Cambio de roles

El próximo año electoral también sacude a la Justicia. O al menos a una parte de ella o a algunas causas. En los pasillos de los Tribunales Federales y en los bares que frecuentan los políticos se comenta que el juez que tiene el caso Manzur recibió un tirón de orejas por la falta de avances en la causa por enriquecimiento ilícito contra el vicegobernador en uso de licencia. Un par de camaristas con públicas aspiraciones a disputar cargos en los otros Poderes del Estado le habrían reclamado a Daniel Bejas que profundice algunas líneas de investigación. Se dice que algunos bienes no declarados por el ministro de Salud de la Nación -como una aceitera en San Juan-, lo complicarían judicialmente. Y acotaría sus chances de ser el delfín de Alperovich. Otra medida con olor al cartón de las urnas que se utilizarán el año próximo.

Respecto de las traiciones, los alperovichistas se restriegan las manos y esperan como niño a Papá Noel que Sergio Massa no llegue a Tucumán para bendecir al trío Vargas Aignasse-Teri-Orellana. Paradójicamente, su sueño podría convertirse en pesadilla si otro rumor se confirma: que Massa observa con más cariño al canismo que al peronismo díscolo comarcano.

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