Un desafío: leer todos los casos que resolvió Maigret

Un desafío: leer todos los casos que resolvió Maigret

Georges Simenon narró las aventuras del inspector a lo largo de 75 novelas, a las que se suman numerosas nouvelles y cuentos

CLÁSICOS. Tres historias del inspector Maigret, policía creado por Simenon y llevado al cine y a la televisión. CLÁSICOS. Tres historias del inspector Maigret, policía creado por Simenon y llevado al cine y a la televisión.
11 Febrero 2014
Hay una estatua de Jules Maigret en una plaza holandesa. Justo reconocimiento para el investigador capaz de resolver toda clase de crímenes e intrigas. Entre 1913 y 1956 Maigret revistó en las filas de la Policía francesa, aunque el retiro no mermó su entusiasmo ni le robó olfato. Siguió involucrándose en los casos más interesantes de la época. Y encontrando la clave del misterio, por supuesto. Ese fue Maigret, el estudiante frustrado de Medicina, el amante esposo de Louise Leonard, siempre con su pipa y una buena pinta de cerveza a mano.

No faltan los que piensan que Maigret realmente existió. Fue tan prolífica la pluma de Georges Simenon, tanto amó a su personaje, que los ecos de su vida literaria van corporizándose a medida que pasan los años. Un fenómeno del que no participan Sherlock Holmes, Hércules Poirot, Philip Marlowe, el Padre Brown y Sam Spade. Del carácter ficcional de estas emblemáticas figuras del policial nadie duda. Con Maigret el enfoque cambia.

Será porque Simenon desmenuzó el trabajo de Maigret a lo largo de 75 novelas, 28 nouvelles e infinidad de cuentos. Será porque Maigret es el más humano -y por ende cercano- de los investigadores. Un hombre falible, más intuitivo que científico, más práctico que heroico. De Maigret se reconoce su historia, la vida familiar, los detalles de su casa, cada paso en la Policía. Los pequeños placeres que disfruta. Al viajero no le sorprendería encontrarlo a la vuelta de la esquina en un pueblito francés.

Para comprender a Maigret vale conocer a Simenon, todo un personaje de la literatura europea del siglo XX, una máquina de escribir ambulante que vomitó 117 novelas y vendió 500 millones de libros en todo el mundo. Simenon se ufanaba de haber llevado a la cama a cerca de 3.000 mujeres. Quienes lo frecuentaron corroboran el dato. Fue un ciudadano del mundo, viajero, cronista y fotógrafo incansable; habitué del jet-set en la Costa Azul y de la tranquilidad de La Rochelle. Polifacético, por ende.

El jueves se cumplirán 101 años del nacimiento de Simenon, que no era francés sino belga, de Lieja. Se ganó la vida como periodista y humorista hasta que Maigret tomó forma y transformó a Simenon en un escritor popular.

Los cuatro hombres iban apretujados dentro del taxi. En París helaba. A las siete y media de la mañana la ciudad estaba lívida, el viento hacía correr a ras de suelo un polvillo de hielo.

El más delgado de los cuatro, en un asiento abatible, tenía un cigarrillo pegado al labio inferior e iba esposado. El más importante, de mandíbula fuerte, envuelto en un recio abrigo y con un sombrero hongo en la cabeza, fumaba en pipa viendo desfilar ante sus ojos la verja del Bois de Boulogne.

- ¿Le hago el número de la pataleta? -propuso amablemente P’tit Louis, el hombre de las esposas-. ¿Con contorsiones, espumarajos, insultos y todo eso?

Maigret gruñó, quitándole el cigarrillo de los labios y abriendo la portezuela, porque ya habían llegado a la Porte de Bagatelle:

- No quieras pasarte de listo.

¿Qué era -es- Maigret? “Un policía tímido, retraído, callado, quizá avergonzado de ser lo que es, que pasará toda su vida parapetado detrás de un grueso abrigo. Y para que no le reconozcan se encasqueta el sombrero hasta la quijada. La pipa, su famosa pipa, la que dicen le permitía pensar, la añade probablemente para disimular esos momentos en que todo hijo de vecina -con las hijas de vecinas es diferente- advierte cómo la voluntad no funciona y se le desbordan lágrimas de desconsuelo”, sostiene el periodista y escritor Sergio Berrocal.

Y sigue: “el comisario Maigret es un personaje frágil, que necesita musitar, que se convierte en el as de la Brigada Criminal francesa para no sentirse perdido como todavía, después de tantos años, se siente su esposa, madame Maigret, seca, atenta como una criada de toda la vida y sin personalidad propia”.

Mientras Simenon disfrutaba la celebridad (¡hasta lideró el jurado del Festival de Cannes!) Maigret fue saltando de las páginas a las pantallas. Pierre Renoir, Jean Gabin, Harry Baurm, Charles Laughton, Bruno Cervi, Michael Gambon y Eli Wallach son algunos de los actores que lo interpretaron en el cine y en la televisión. Se rodaron miniseries basadas en las historias de Maigret en Francia, Inglaterra, Italia y Estados Unidos.

Las exploraciones literarias de Simenon excedieron largamente a Maigret. Pero como Conan Doyle, como Agatha Christie, como Raymond Chandler, como G. K.Chesterton y como Dashiell Hammett, el autor y su creación forman un todo indivisible e identificatorio. Simenon murió en 1989, a los 86 años. Maigret cuida su legado, saltando con presteza sobre la línea que separa lo imaginario de la realidad.

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