Ambiciosos planes para celebrar el Bicentenario

Ambiciosos planes para celebrar el Bicentenario

La Fundación Lillo, la Iglesia, la Sociedad Rural, la FET y la CGT acordaron un programa de trabajo. En marzo presentarán proyectos.

LA FIRMA DEL ACUERDO. Representantes de las instituciones se reunieron en la Fundación Lillo. La convocatoria es abierta a toda la sociedad. la gaceta / fotos de jorge olmos sgrosso LA FIRMA DEL ACUERDO. Representantes de las instituciones se reunieron en la Fundación Lillo. La convocatoria es abierta a toda la sociedad. la gaceta / fotos de jorge olmos sgrosso
18 Diciembre 2013

“Debemos pensar en grande”, afirma Pedro Omodeo, y en el imaginario del presidente de la Federación Económica se proyecta Juan Bautista Alberdi. “Dejemos las peleas de adolescentes; vamos a dialogar”, subraya el arzobispo, Alfredo Zecca. El enunciado de la convocatoria flota en dos banners, sencilla escenografía y poderoso mensaje: “Bicentenario de la Declaración de la Independencia-La Nación ingresa a su adultez”.

El mediodía es tórrido, pero en el pulcro microcine de la Fundación Miguel Lillo circula la frescura de las ideas. El anfitrión es Eduardo García Hamilton, titular de la Comisión Asesora de la Fundación. Hay una formalidad -la firma de un documento- de por medio. El objetivo es trascendente y ambicioso: motorizar un plan de acción que desemboque, el 9 de julio de 2016, en la celebración que Tucumán tanto merece y necesita.

La piedra basal quedó rubricada por Zecca, Omodeo, García Hamilton, Sebastián Robles Terán (presidente de la Sociedad Rural), Daniel Acosta y Adrián Santillán (en representación de la CGT-Regional Tucumán). La convocatoria está abierta y aguarda adhesiones. Es una invitación pública a organizaciones civiles, personas jurídicas o físicas. Y el tiempo apremia, porque 2016 está a la vuelta de la esquina. Por eso la intención es que los primeros proyectos (ver “Algunas de las propuestas”) estén listos en marzo del año que viene.

“Estamos ante una oportunidad histórica”, se entusiasma Zecca, y habla de hacer crecer a la patria desde su condición de tucumano por adopción (“ya tengo domicilio y voto acá”, subraya). El arzobispo llegó junto a Marcelo Barrionuevo, vicario para la Fe y la Cultura. Habían estado en Lules, participando de los festejos por los 400 años del arribo de los jesuitas a la provincia.

A Robles Terán le interesa que, más allá de la celebración, queden semillas dispersas por el cuerpo social. Es el espíritu de la convocatoria. “Hay que quebrar las rutinas y la inercia, que son la causa de todos los renunciamientos. Especialmente, el de renunciar a pensar”, destaca el documento. Pide, además, que el trabajo, la educación y la inclusión social se conviertan en políticas de Estado permanentes.

Al encuentro, coronado por un lunch, la camaradería no le restó seriedad ni interés. “¡Los viajes que habremos hecho!”, le recuerda Acosta a Paulino Ríos, ministro de Economía durante la gestión de Ramón Ortega. Los escucha Francisco Sassi Colombres, secretario de la Comisión Asesora de la Fundación. A pocos metros charlan Robles Terán y Víctor Pereyra.

Así como Zecca sentó las bases sociales, culturales y espirituales de la propuesta, Omodeo apuntaló el factor práctico. “Esta es una actitud proactiva que la actividad privada pone a disposición de la sociedad”, sintetizó. En otras palabras: una vez elaborado será imprescindible que al plan se sume el sector público. Las propuestas son importantes; del flujo de fondos nacionales dependerá en buena medida la puesta en marcha de las obras.

La Fundación Miguel Lillo asumió la dirección ejecutiva de la mesa de trabajo, al menos hasta la presentación de los proyectos. García Hamilton advierte que en 1916 los festejos no estuvieron a la altura del Centenario, y de allí el particular interés por dejar una huella.

Los invitados se desplazan por la moquette beige intercambiando opiniones. “Nos falta mucho para madurar. No respetamos las instituciones, pero tampoco a los vecinos”, sostiene Robles Terán. La clave, según Zecca, es la fraternidad, rearmar un tejido social que nos permita pasar de habitantes a ciudadanos. Bases -concepto alberdiano si los hay- para que en 2016 las cosas realmente cambien.

El movimiento obrero
“Adherimos como un esfuerzo de los trabajadores por la pacificación y con el deseo de ver grande a la provincia”. (Daniel Acosta-CGT)

La cultura
“Vamos a celebrar los 200 años como corresponde. Esta es la oportunidad”. (Eduardo García Hamilton-Fundación Miguel Lillo)

La Iglesia Católica
“La clave es la integración, para mirar el futuro con esperanza. Juntos vamos a construir una gran nación”. (Monseñor Alfredo Zecca)

El sector privado
“Hay que declinar personalismos y transmitir ideas-fuerza que sean buenas noticias”. (Pedro Omodeo-Federación Económica de Tucumán)

El campo
“Que el Bicentenario sirva para mostrar lo que somos y adónde queremos ir”. (Severo Robles Terán-Sociedad Rural de Tucumán)

Algunas de las propuestas

- Declaración de San Miguel de Tucumán como capital de la República durante todo julio de 2016.

- Construcción de un entorno histórico para jerarquizar la manzana de la Casa Histórica.

- Invitación al papa Francisco y a dignatarios de todo el mundo a participar de los actos del 9 de julio de 2016.

- Construcción conmemorativa del Bicentenario, con un proyecto donado por el arquitecto César Pelli.

- Gran exposición nacional en los predios de la Sociedad Rural.

- Congreso Mundial de Derecho Constitucional y Congreso Nacional de Historia en Tucumán.

- Acciones que apunten a embellecer Tucumán, para recuperar el Jardín de la República.

- Feria de todas las colectividades que pueblan la provincia.

- Implementación en la educación primaria, secundaria y universitaria de la puesta en valor de la cultura del Bicentenario.

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