Piedra libre para la distribución de mercadería en la periferia

Fueron inconfundibles. Todos del mismo tamaño y cerrados con un nudito. Pasaron de mano en mano con rapidez. Y, como en cada elección de este milenio, ayer también fueron los protagonistas. Los bolsones vivieron y reinaron en los diferentes circuitos de la capital tucumana, sobre todo, en los de las periferias. Un aceitado sistema de clientelismo, que incluyó movilización y distribución, fue evidente en los alrededores de las escuelas habilitadas para la votación. Sin demasiados reparos, punteros llevaron a votar, tomaron asistencia y entregaron las dádivas. 

LA GACETA había publicado en los últimos días que el oficialismo tenía previsto entregar 350.000 bolsones para recuperar el terreno perdido en las PASO de agosto, cuando pelearon voto a voto con el Acuerdo Cívico y Social (ACyS). Además, en San Miguel de Tucumán, el 32% de los electores (135.000) se quedó sin boleta, dado que había optado por algunos de los 10 postulantes que no superaron el tamiz de las primarias, o votó en blanco o no fue a sufragar. 

El alperovichismo habría repartido unos 270.000 bolsas y el amayismo, otros 70.000. Dirigentes barriales reconocieron a este diario que, para evitar  inconvenientes, algunos políticos entregarían los bolsones anoche o recién durante la mañana de hoy.

Tirillas y bolsones

Los autos, camionetas y "combis" identificados con los carteles amarillos con las iniciales "C.C." se amontonaban ayer al mediodía en la esquina de la avenida Independencia al 3.200 y la calle Diego de Rojas (barrio Independencia). El "movilizador" o "azafata" se bajaba y sacaba -de lo que aparentaba ser un estacionamiento, en la parte posterior de un maxiquiosco- las bolsas blancas. En sólo 20 minutos, se entregaron en ese lugar 40 bolsones. La llegada y salida de unidades fue incesante en las primeras horas de los comicios.

Vecinos del lugar comentaron que el local pertenecería a familiares del interventor de la Caja Popular de Ahorros (CPA), Armando "Cacho" Cortalezzi (sus iniciales en el territorio C.C.). A media cuadra de allí había una sede oficial del ex legislador, sitio en el que también había gente congregada.   

Los vehículos provenían principalmente de la escuela Juan Luis Nougués, ubicada a una cuadra y media. Afuera de ese establecimiento, pululaban los punteros, algunos con remeras blancas con la estampa "C.C.", también en flúo.  Uno de "los de civil", un hombre corpulento de camisa roja, contaba y recontaba sobre la vereda tirillas amarillas impresas. Cada una tenía el nombre de un votante, la dirección, el circuito y el dirigente de influencia de la zona. 

"Hace tres años que trabajo con 'Cacho' y es pagador... cumple", justificó. Subrayó que los papelitos  funcionan como comprobante de que llevaron a la gente a votar y, por lo tanto, como garantía de pago. "Soy movilizador y por 30 personas me pagan $ 400, la mitad cuando comienza la elección y la otra parte, esta tarde (por ayer). En mi grupo hay un compañero que tiene 58 vecinos. Mi dirigente maneja en total 20 movilizadores", explicó el puntero alperovichista pidiendo reserva de su identidad.

Él detalló que las tareas de los movilizadores o azafatas comenzó cerca de las 7, cuando los buscó un taxi o vehículo particular. Ellos ya contaban con sus listas y tirillas.  Subieron hasta a cuatro votantes y los llevaron hasta la escuela. Algunos los acompañaron hasta la puerta del establecimiento y otros, hasta la del cuarto oscuro. Luego, antes de llevarlos de regreso a sus casas, pasaron por uno de los puntos de acopio a buscar la bolsa con mercadería.  

"Ya no puedo hablar más, no me quiero comprometer (sic), porque ahí viene mi dirigente", se disculpó para luego subir a un auto que en el cartel decía "C.C. El Negrito Cortalezzi" (este sería el apodo del hermano del titular de la CPA).  

Los choferes ubicados fuera de varias instituciones educativas reconocieron haber cobrado entre $ 400 y $ 600 por toda la jornada. 

En el pasaje O'Higgins y Eudoro Aráoz, el paisaje era similar al del centro "bolsonero" de Cortalezzi. Pero allí, los autos llevaban calcomanías del matrimonio de legisladores Rolando "Tano" Alfaro y Sara Correa y del edil Luis Marcuzzi, miembro de la misma familia. Las bolsas blancas eran acarreadas por un puntero hasta los baúles de las unidades. 

En Olleros al 3.500, del barrio 11 de Marzo, funcionó ayer otro punto de reparto. Los taxis que llegaban ahí no llevaban el nombre de un político conocido, sólo el del movilizador sobre una bandera turquesa, verde y blanca, los colores del Municipio y del amayismo. Los choferes dijeron trabajar para el concejal Germán Alfaro.

Los pasajeros eran registrados en un local de la esquina, pero las bolsas con alimentos estaban guardadas en una casa a pocos metros. Allí, unas adolescentes abrían un portón e invitaban a pasar a los votantes, que salían cargados. Las bolsas eran negras. 

Según había publicado este diario, los combos costaron alrededor de $ 30. Incluirían siete artículos, aunque con variantes. La mayoría llevaba: una botella de aceite, un paquete de yerba, una bolsa de azúcar, una lata de puré de tomates, una bolsa de polenta, sal y medio kilo de fideos secos.