"Chicas armadas y peligrosas": hay dupla para un largo rato

De parejas de policías absolutamente desparejas está empedrado el camino de la comedia. El planteo es viejo como el cine, todo depende de la calidad del guión y -esto es clave- de la química entre los protagonistas. En este punto radica una de las razones del descomunal éxito de "Chicas armadas y peligrosas" (demasiado título frente al original, "The heat"). El encuentro en la pantalla entre Sandra Bullock y Melissa McCarthy, buenísimas comediantes, es absolutamente feliz.

Bullock es Sarah Ashburn, una ambiciosa agente del FBI que encontró el caso ideal para proporcionarle el ascenso que tanto busca. Para eso debe atrapar a un narcotraficante de los más pesados, El problema es que los datos que precisa Ashburn para mover las fichas los tiene un preso atrapado por una policía de Boston, Shannon Mullins. Ese es el rol de Melissa McCharthy: antisocial, desconfiada y para nada dispuesta a entregarle a Ashburn lo que le pide. Es un choque de planetas porque cada una hace las cosas a su manera y no funcionan en equipo. Paul Feig había dirigido a McCarthy en "Damas en guerra" y aquí vuelve a sacarle el jugo. Al realizador le sobra paño en el mundo de la comedia, en especial en TV. Por sus manos pasaron capítulos de las más diversas series, desde "The office" a "Nurse Jackie".

Bullock vive el mejor momento de su carrera desde el Oscar que obtuvo en 2009 por "Un sueño posible". Podemos verla en cartel por estos días en "Gravedad". Trabajo no le falta ni le faltará: Feig y su equipo ya están trabajando en la secuela de "Chicas armadas y peligrosas".