Por la ley de "Prostíbulos Cero" los burdeles se mudaron a departamentos

Por la ley de "Prostíbulos Cero" los burdeles se mudaron a departamentos

En un año allanaron 35 domicilios particulares en los que había prostitución. Carlos Garmendia, abogado de la fundación María de los Ángeles, dijo que son pocas las mujeres que trabajan por su cuenta.

JC. En la planta alta de José Colombres 409 funcionaba el prostíbulo; abajo (a la altura del 407) está la casa en la que vivía Luis Eduardo Gambande. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA (ARCHIVO) "JC". En la planta alta de José Colombres 409 funcionaba el prostíbulo; abajo (a la altura del 407) está la casa en la que vivía Luis Eduardo Gambande. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA (ARCHIVO)
En la planta alta de José Colombres 409, Melani Julliana Borgo tenía el contrato de alquiler que había firmado con Luis Eduardo Gambande, propietario del inmueble. Cuando el 17 de mayo de este año se realizó un allanamiento, la mujer lo exhibió y dijo que vivía allí con otras chicas.

"Trabajamos cuando queremos, nadie nos exige nada; cada una puede hacer lo que quiera dentro de su habitación", declaró Borgo días más tarde al juez Federal Fernando Poviña. Sin embargo, las escuchas telefónicas que había realizado Gendarmería Nacional habrían demostrado que la mujer administraba el lugar.

Según consta en el expediente, Borgo se habría quedado con la mitad de lo que recaudaban las chicas que ejercían la prostitución y habría rendido cuentas a Gambande. Hoy, la pareja espera en la cárcel que avance la causa y sea elevada a juicio oral.

Los falsos contratos de alquiler son el nuevo mecanismo utilizado por explotadores sexuales para camuflar los viejos prostíbulos. "Ya no son bares o billares como se los conocía. Ahora trabajan con las puertas semiabiertas, y las mujeres están instruidas para decir que alquilan las piezas", contó el comisario Julio Fernández, jefe de la división Trata de Personas de la Policía.

"JC"
La esquina de José Colombres y San Juan fue visitada varias veces por los policías en el marco de la ley "Prostíbulos Cero", que entró en vigencia en noviembre del año pasado. Son varias propiedades que funcionan en planta baja y alta. 

Por calle José Colombres hay dos puertas. De acuerdo al registro de Catastro Municipal, una está a la altura del 407, donde vivía Gambande. Da a la planta baja, detrás del bar "Morrison", que queda en la esquina de José Colombres y San Juan.

La otra puerta (a la altura del 409) tiene un portero eléctrico, y al abrirla hay una escalera que lleva a la planta alta. Hay ocho habitaciones, un baño de caballeros y otro de damas, un patio y una cocina. Sillones, una barra y un escenario con un caño completan la escenografía. Allí funcionaba el prostíbulo "JC", de acuerdo a la investigación que lleva adelante Poviña.

Retirado de la noche

A Gambande le dicen "Pelado". Tiene 61 años y cuando declaró en la Justicia Federal dijo que estaba retirado de la noche. Su primer negocio nocturno lo abrió en 1995 en el barrio El Bosque y lo bautizó "Margarito". Cuatro años más tarde fundó el bar de strippers "Gel" en San Juan 1.099.

"Me cerraron el local y después de dos años lo instalé, de acuerdo a las normas que me ponía la municipalidad, en Marco Avellaneda 1.045", comentó Gambande en su declaración. Pero el hostigamiento que sufría de la Policía y del IPLA (Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo"), lo obligó a cerrar. El mismo destino tuvo "Cirus", un boliche que había abierto en 2005 en Marco Avellaneda 1.051. Tras las reiteradas inspecciones, el "Pelado" dijo que no pudo continuar con la actividad.

En la sentencia de procesamiento con prisión preventiva que dictó Poviña contra Gambande y Borgo, se los consideró responsables del delito de trata de personas con fines de explotación sexual, agravado por el número de víctimas y por haberse consumado la explotación.

Las escuchas telefónicas probarían, a criterio del Juzgado Federal, que Borgo se quedaba con la mitad de los pases de las mujeres, y además les descontaba los gastos de funcionamiento (preservativos, limpieza, publicación de avisos en páginas web y en diarios).

Gambande, por su parte, fue captado en las escuchas mientras habría coordinado horarios con las mujeres que se prostituían. "Ya no tenés el puticlub (…) ¿Dónde están las chicas compadre?", dice un hombre en una de las llamadas. "En el mismo lugar nomás", responde Gambande.

En locación
Desde que se puso en marcha la ley de "Prostíbulos Cero", la mayoría de los burdeles de la provincia fueron cerrados. Los pocos que quedan funcionando en los mismos domicilios atienden a puertas cerradas. El comisario Fernández dijo que en estos casos es difícil aplicar la ley de "Prostíbulos Cero". "Tenemos que ingresar con órdenes de allanamiento, y para ello necesitamos una investigación previa para que un juez otorgue la medida", dijo Fernández.

Desde noviembre del año pasado se realizaron más de 70 allanamientos en toda la provincia, aunque la mayoría de los procedimientos se concentraron en la capital. "Ahora las mujeres están en las veredas, consiguen un cliente, ingresan a los antiguos prostíbulos y se encierran con llave. Tienen a mano el contrato de locación ficticio por si llega la Policía", explicó el jefe de la división Trata de Personas.

La mayoría de los burdeles, en cambio, se mudaron a casas y departamentos privados. Distinguir en cuál de ellos hay explotación sexual no es una tarea fácil. Fuentes judiciales comentaron que en las fiscalías comenzaron a aplicar la figura de la facilitación de la prostitución para avanzar con las investigaciones.

Estos prostíbulos encubiertos se instalaron principalmente en barrio Sur, El Bosque y Villa Alem, dijeron fuentes policiales y judiciales. Desde noviembre de 2012, cuando entró en vigencia la ley, fueron allanados 35 "departamentos privados". "Hoy la actividad se está concentrando allí, pero la investigación no se agota en el allanamiento", dijo una fuente judicial.

"En casi todos los casos, detrás de las chicas hay un explotador"
Distinguir entre aquellas mujeres que alquilan un departamento o una casa para ejercer la prostitución de aquellas que son explotadas, no es una tarea sencilla. Una de las claves, según una alta fuente policial, es la situación económica. 

"En los prostíbulos camuflados el precio que cobran el 'pase' es menor que en los casos de las que tienen que afrontar el pago del alquiler", explicó uno de los investigadores.

Generalmente, las mujeres que están en un prostíbulo tienen una situación económica mala. "Están en la pobreza, y por eso es más fácil reclutarlas. No es mucho lo que sacan en los prostíbulos, tienen que darles la mitad a los explotadores y de lo que les queda, les descuentan los gastos y las multas que les inventan", afirmó la fuente policial consultada.

En cambio, las mujeres que trabajan por su cuenta se llevan la totalidad de lo recaudado. "No conozco que haya diferencia en el precio de los 'pases' con las que trabajan en prostíbulos, pero las chicas que trabajan por su cuenta atienden a menos personas", explicó el abogado Carlos Garmendia, de la fundación María de los Ángeles.

El letrado afirmó que de los testimonios que logró recabar en su actividad, surge que las chicas que trabajan por su cuenta atienden a cinco o seis clientes, y una vez recaudado el dinero que necesitan para vivir una semana, dejan de trabajar.

"En los prostíbulos están obligadas a cumplir un horario y a tener un mínimo de 'pases'. Algunas están con 10 hombres en una noche", dijo Garmendia.

Sin embargo, el representante de la fundación María de los Ángeles manifestó que en Tucumán casi no hay mujeres que trabajen por su cuenta.

"En casi todos los casos, detrás de las chicas hay un explotador. Conozco un solo caso de tres personas que alquilan un lugar y ejercen la prostitución sin darle plata a nadie", expresó.

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