"Me di cuenta de que yo soy más que lo que me estaba pasando"

"Me di cuenta de que yo soy más que lo que me estaba pasando"

La transformación personal también es posible desde el movimiento del cuerpo. Así lo afirman dos especialistas y la participante de dos talleres sobre el lenguaje del cuerpo y sus danzas, que siente que su vida dio un profundo vuelco

TRAS EL TALLER. La instructora Mariela Isa y la coach Natalia Sleiman. FOTOS GENTILEZA DE NATALIA LIZ SLEIMAN TRAS EL TALLER. La instructora Mariela Isa y la coach Natalia Sleiman. FOTOS GENTILEZA DE NATALIA LIZ SLEIMAN

Mover el cuerpo siempre es una buena estrategia para mejorar el estado de ánimo. Y mucho más si la actividad va acompañada de música y toma la forma de la danza. Lo que MJ. no imaginaba era que luego de bailar libremente en el taller "El lenguaje del cuerpo y sus danzas", iba a sentir un vuelco en su vida.

"Me invitaron, allá por mayo, y me pareció una posibilidad interesante para el momento que estaba pasando; me estaba separando después de 26 años de matrimonio. Estaba sumida en un gran tristeza. Había bajado de peso excesivamente, Prácticamente la tristeza me tenía a mí. Estaba descentrada", empieza a contar M.J. Agrega que cuando hizo aquel primer taller pasó "por una montaña rusa de emociones".

Pero los cambios importantes aparecieron al mes. "Pude aceptar la tristeza, y también dejarla de lado por momentos para hacer otras cosas. Empecé a notar más vitalidad, me conecté con mi parte creativa, con el arte, algo que tenía postergado desde la adolescencia, me conecté conmigo y también con los otros. Fue como una expansión de mi conciencia", explica.

"Lo más importante -subraya- es que el taller me sirvió para visualizarme, para darme cuenta dd que yo soy más que lo que me estaba pasando; y empecé a desarrollar otro ser dentro de mí".

Salir de la parálisis

Así fue como M.J. empezó a tomar clases de pintura, de découpage, de mosaiquismo, a intervenir su ropa con detalles para personalizarla, volvió al gimnasio, aumentó de peso... "En definitiva, salí de la parálisis en que me encontraba, porque la verdad es que me sentía estancada, y en el plano emocional me siento mucho más tranquila", describe.

¿Y todo eso solamente después de haber movido un poco el cuerpo? Ella afirma que sí, aunque no tiene claro qué pasó exactamente. "Es que el taller no consiste solo en danzar, sino que la instructora (Mariela Isa) te va hablando y poniéndote en situaciones de la vida cotidiana, y podés ir reconociendo qué te pasa. Por supuesto, cada participante se siente identificado con su propia situación. Porque el taller es el mismo para todos, pero cada uno elabora su propios conflictos, según pude comprobar después charlando con otra la gente que participó", dice.

"Respecto de cambios vinculados directamente con los movimientos, hay un ejercicio, en el taller, para aprender a esquivar cosas. Y me di cuenta de que no tenía cintura para esquivar problemas en ciertas ocasiones. Hay problemas que no me competen pero yo los tomo como míos y hasta pretendo resolverlos. Eso fui corrigiendo luego del taller", apunta.

Nuevas metas

Después de esa experiencia, cuando se enteró de que Mariela volvía en septiembre para dictar el segundo taller, M.J. no solo se inscribió sino que invitó a una amiga. "Esta vez ya fui con objetivos claros, sabiendo qué quería lograr. Y después de esta segunda experiencia me sentí con ganas de plantearme nuevas metas. Decidí estudiar una carrera corta y empezar un emprendimiento económico. Me empecé a ver más grande de lo que yo creía que era", reflexiona. "Cuando me separé sentía que mi realidad había desaparecido y no me encontraba a mí misma, ni siquiera en el cuerpo. Tal vez por eso este taller me ayudó tanto a cambiar de perspectiva ante la vida y ante el futuro", afirma M.J., de 46 años y madre de tres hijos.

Transformación

El taller se dicta en el marco del Programa de Coaching y Dinámica Emocional que coordina la coach ontológica Natalia Sleiman. Ella misma explica que en el área de conciencia emocional el trabajo consiste en ver en qué emociones está cada uno y en sacar a la luz cosas de esas emociones que no se ven habitualmente. "En el coaching trabajamos con tres espacios de intervención: el cuerpo, la emoción y el lenguaje. Este taller basado en el sistema del Movimiento Rítmico Expresivo se hace cargo de la transformación personal desde el cuerpo", explica Sleiman.

"Ese es el gran aporte de Mariela -puntualiza la coach- porque si tu cuerpo se da cuenta del cambio, tu mente ya lo sabe".

Isa agrega que, basándose en su formación de fonoaudióloga, le agregó otros elementos al taller, como el sonido. "También podemos expresarnos desde el sonido, que sale de un hemisferio (derecho) diferente al del lenguaje (izquierdo). Y todo eso ayuda a ir descubriendo nuestras emociones, y los cambios se van produciendo solos después", destaca.

La instructora aclara que ella prefiere hablar de danzas del cuerpo y no de baile, porque las primeras "tienen que ver más con la conexión íntima". También comenta que el taller está muy lejos del estereotipo del gimnasio, donde hay espejos y las alumnas deben seguir los movimientos que indica la profesora. "Aquí los movimientos son libres, cada uno se deja llevar por la música, los sonidos y hace su propia interpretación", aclara.

"Movemos la energía corporal, la despertamos de su anestesia"

Que el cuerpo es más que una excelente herramienta para expresarnos y nos permite, a través de diferentes movimientos, que podamos llegar a conocernos a nosotros mismos.

Esto es lo que plantea Mariela Isa, fonoaudióloga e instructora del método Movimiento Rítmico Expresivo. Este sistema fue creado en la década del 50 por la argentina Susana Rivara de Milderman, y que va ganando cada vez más adeptos.

Mariela es tucumana pero vive en Neuquén, y está dictando talleres sobre este método en la provincia en el marco del Programa de Coaching y Dinámica Emocional que coordina la coach ontológico Natalia Sleiman.

Ya se dictaron dos talleres y se organiza el tercero para los próximos meses.

- ¿Qué se logra, en materia de autoconocimiento, realizando estos talleres?

- El movimiento trata de sacarnos de la estereotipia del cuerpo. Tenemos algunos ya incorporados como hábitos, tales como lavarnos los dientes, levantarnos, bañarnos, etcétera. Son gestos que se repiten y se repiten, al punto que el cuerpo se acostumbra y empieza a hacer economía de movimientos. Es decir, se convierten en algo repetitivo y sintético y eso le resta energía al cuerpo. El tema es que ese "ahorro de energía" no funciona después desde lo corporal. - ¿Cómo es eso?- El cuerpo tiene una carga energética, y si no se mueve, esa carga se "duerme". Mientras que, cuando empezamos a movernos, y sobre todo si lo hacemos acompañando con música, la energía del cuerpo se expande.

- ¿Es necesario tener conocimientos de danza o de gimnasia para hacer los talleres?

- Para nada. Son para todo el mundo. Porque lo que hacemos es mover la energía, reciclarla, despertarla de la anestesia.

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- ¿Y eso ayuda a conocerse a sí mismo?

- Sí, aunque parezca increíble. Vamos comprobando que lo que nos pasa en la vida cotidiana se refleja en los movimientos corporales. Y, además, si logramos modificar los movimientos en el cuerpo, la mente también genera cambios en las conductas cotidianas.

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- ¿Por ejemplo?

- Recuerdo el caso de una chica que tenía cierta incapacidad para preservar su espacio. Si llegaba alguien nuevo a su trabajo, ella pensaba que esa persona podía quitarle su lugar y dejarla sin empleo. Si se aparecía la suegra en la casa, era un sufrimiento para ella porque sentía que le quitaba su lugar de ama de casa. Y así en otros ámbitos también. Al hacer el taller, en un momento en que se propone a los participantes que jueguen a conservar su espacio, se la veía pararse de punta de pies, como si estuviera insegura, y que perdía el lugar. Cuando se lo hice notar, fue cambiando los movimientos y luego, fue ganando seguridad en el trabajo y en el hogar.

- Es decir que se produce una transformación en las personas.

- Sí, así es. Incluso, se puede decir que este es un trabajo de sanación, porque si nosotros alineamos nuestra energía para que fluya, los órganos y la sangre también se alinean y funcionan mejor. Tiene consecuencias saludables. Y he podido comprobarlo a lo largo de los 15 años que llevo haciendo esto en Neuquén, y ahora en Tucumán también.

Privacidad

• M.J. pidió que no se publicara su nombre completo debido a la delicada situación que atraviesa, que involucra a menores.

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