Quedarse quieto, jamás
10 Septiembre 2013
El karting de asfalto, en la categoría Rotax Senior, es algo así como la punta del iceberg que semeja Ricardo García, deportivamente hablando. Y su título de Ingeniero en Sistemas también lo es, apenas se husmea en sus múltiples actividades laborales.

García acaba de consagrarse campeón por tercera vez en el karting, con apenas cuatro años en la categoría. Santo y seña para apuntar que, actividad que emprende, actividad en la que se hace un especialista.

"Me recibí en 1996, a los 26 años, en la Tecnológica. Tenía un promedio mayor de 9 y me especialicé en redes de datos. A esa altura, ya hacía varios años que había empezado un negocio de computación con un socio", contó.

García nació en la capital de Santiago del Estero. "A los 17 empecé a hacerme tucumano. Soy feliz en esta provincia. Tengo cerca las cosas que más me gustan: el dique de El Cadillal a 10 minutos de casa; el cerro para hacer enduro a 20 y el kartódromo a 15; ando en bicicleta por todos lados; hago trekking por El Taficillo, que está al frente de mi hogar; la capital es una ciudad que, si uno tiene iniciativa, permite el desarrollo; hay mucha gente inquieta; hago trabajos que me gustan y puedo combinar; además están mis amigos. Definitivamente, este es mi lugar en el mundo", dice con voz firme.

Este "hombre orquesta" añade que, mientras estudiaba, empezó a probar con la música. "Hoy toco todo tipo de instrumentos de cuerda, y también teclados. De chico escuchaba jazz y bossa nova y mi hermana me llevó al rock. Eso sí, aunque en casa estaba prohibido el folclore, alguna vez incursioné con un grupo que lideraba Claudio Sosa. No conocía nada, aprendí en dos semanas. Viajamos por todos lados, hasta grabamos un disco, pero por hacer esa vida me alejé del estudio. Así que decidí volver a los libros. Hoy la música sigue en mi vida: en casa toco todos los días, el piano me encanta; soy autodidacta y con formación más armónica que melódica", apunta.

Y antes de empezar a dar detalles de sus pasiones deportivas, algunas "perlas" laborales. "Con los años empecé a dedicarme a la parte inmobiliaria, puntualmente al desarrollo urbanístico. Empezó como una idea con unos amigos para irnos a vivir a Los Nogales y lo terminamos convirtiendo en un emprendimiento comercial, en un club de campo. Y los proyectos se están multiplicando".

Ahora sí: deportes. Hizo tenis ("no compito, pero tomo clases regularmente"), corrió en enduro (tiene 10 Transmontañas en su haber, dos Desafíos a los Andes, un Le Touquet, en Villa Gesell) y organizó travesías en cuatriciclos. Y más: le gusta la náutica (practica esquí y windsurf) y el trekking.

Se le pregunta cómo hace para encarar tantas actividades. "Me doy tiempo para todo. Me favorece que soy soltero", admite. Y luego se autoanaliza: "soy muy tranquilo, le hago honor al origen santiagueño. En las reuniones familiares, somos moderados. Vamos despacito, pero llegamos. La constancia es uno de mis atributos. Me dedico a aprender y con los años me vuelvo un especialista".

Momento de anécdotas deportivas. Historia 1: "con el enduro estuve un año seguido saliendo con la moto todos los fines de semana, sin excepción, incluidos feriados". Historia 2: "por el enduro casi pierdo un ojo por un golpe. Fue en 2010, en el Alto de la Totora. Me clavé un palo y se me cortaron las fibras del nervio óptico. Perdí el 60% de la visual. Pero lo compenso porque tengo muy buena vista. Paso todos los exámenes sin anteojos". Historia 3: "una vez, en Semana Santa, con un clima de terror, me metí al lago de La Angostura. El viento aflojó la vela, tuve que tirarme al agua helada. Estuve horas así. Salí nadando sobre la tabla. Llegué a la orilla, me metí en el auto, estuve un rato largo sin sentir la calefacción".

Final, con definiciones: "Para el futuro me entusiasma la idea de correr un Dakar, por lo épico de la aventura. Antes, haría cross country en un cuatriciclo"; "El karting es una materia por sí misma. Es emocionante y divertido. Me encantaría seguir creciendo con el kart, quiero llegar hasta donde más pueda"; "Me gustaría formar una familia. Hoy tengo a mi mamá, Esther, a mi papá Enrique, a mis hermanos Alberto y Analía y a mis sobrinos. Soy muy casero, pero aún allí soy muy activo: hago de todo, arreglo cosas, organizo proyectos, fiestas y reuniones. Televisión, poca, libros, muchos. Ah, y no tengo internet en casa. En eso sí soy un renegado".

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