El botox salta del mundo de la belleza a tratar las migrañas

El botox salta del mundo de la belleza a tratar las migrañas

La variante crónica de esta patología es frecuente y es de base genética. Afecta más a la mujer que al hombre. La toxina butolínica se aplica con inyeccionesSu uso como alternativa terapéutica fue aprobado por la Anmat

PÉSIMA CALIDAD DE VIDA. La migraña crónica deteriora la calidad de vida social, laboral y afectiva. EHOWENESPANOL.COM PÉSIMA CALIDAD DE VIDA. La migraña crónica deteriora la calidad de vida social, laboral y afectiva. EHOWENESPANOL.COM
01 Agosto 2013

La migraña crónica es la forma más frecuente de jaqueca. Quienes la sufren soportan fuertes dolores de cabeza que duran alrededor de cuatro horas por día, el trastorno las tortura más de 15 días al mes y se prolonga al menos durante tres meses. Es una patología muy frecuente de base genética, que afecta a entre el 12% y el 16% de la población general y tiene más incidencia en las mujeres.

Si no se trata, deteriora la calidad de vida social, laboral y afectiva. Por eso, las personas con migraña crónica a menudo también sufren sentimientos de frustración, depresión y ansiedad. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasifica como una enfermedad discapacitante. Esto significa que el paciente -al sufrir una crisis- queda imposibilitado para trabajar y realizar cualquier tipo de actividad.

Aislada

Tal es el caso de Sara Creccia, de 72 años. Padeció migraña crónica desde muy joven, y reconoce que por culpa de la enfermedad perdió muchos momentos importantes y valiosos en su vida. "A los 27 años comencé a llevar a cuestas un gran sufrimiento, con dolores punzantes e insoportables de cabeza. Esta situación me obligó a renunciar a las fiestas y a todo tipo de reunión social, ya que no soportaba altos volúmenes de música ni cualquier exceso de ruidos", explica la mujer, que es paciente del doctor Pablo Schubaroff. Este médico es neurólogo y especialista en cefaleas del Centro del Dolor de Fleni y miembro de la Sociedad Neurológica Argentina, donde integra el grupo de trabajo en cefaleas.

Según narró Schubaroff, cuando Sara llegó a su consultorio presentaba migraña crónica muy discapacitante con trastornos visuales, náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz y al sonido, y con falta de respuesta a varios tratamientos.

Sara lo interrumpe para añadir que jamás podía viajar en transporte público "porque el dolor de cabeza era tan intenso que me provocaba náuseas incontrolables. Soy consciente de que perdí momentos muy importantes en mi vida. Cuando tenía 43 años, por ejemplo, le organicé un cumpleaños sorpresa a mi hija. Lamentablemente no pude asistir porque el tremendo dolor de cabeza me había dejado inmovilizada en la cama", detalló Sara.

Exceso de medicación

El especialista reconoció que es muy frecuente que pacientes como Sara realicen tratamientos pocos efectivos y hasta llegan a excederse con la medicación diaria para controlar el intenso dolor de cabeza, sin lograrlo. Y justamente el exceso de medicación es el que hace que la cefalea sea más difícil de tratar, precisó el neurólogo.

"Me sometí a gran cantidad de tratamientos, pero ninguno logró calmar los dolores por tiempos prolongados. Al cabo de unos días de tomar la medicación, los síntomas volvían con mayor intensidad. Hasta llegué a padecer otros problemas de salud a raíz del exceso de fármacos, como fuerte malestar estomacal", comentó la paciente.

Sara contó luego que un día fue al consultorio de Schubaroff y le propuso una nueva alternativa de tratamiento con botox. "A los pocos días de tratamiento disminuyó sensiblmente el dolor de cabeza. Me aplicaron la primera inyección de toxina botulínica en marzo de 2012 y desde entonces tuve excelentes resultados. Al día de la fecha llevo aplicada tres inyecciones", manifestó la mujer.

Actúa en las fibras que transmiten el dolor

La Administración de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos (FDA, en su sigla en inglés) y la Anmat de nuestro país (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) aprobaron en 2011 el uso del botox (toxina botulínica) como una alternativa terapéutica para el tratamiento de la migraña crónica.

"La innovación de este tratamiento radica en que insensibiliza las conexiones nerviosas musculares porque inhibe la liberación de las sustancias implicadas en el inicio y en el mantenimiento del dolor, evitando que se propague por la cabeza", testifica el neurólogo Pablo Schubaroff.Los resultados de los estudios de laboratorio y de los estudios clínicos demuestran que el botox actúa localmente en las fibras nerviosas que transmiten las señales del dolor hacia el cerebro (se encuentran en la piel y en los músculos de la cabeza) inhibiendo la liberación de los neurotransmisores. Se aplican inyecciones en forma trimestral en distintos puntos de la cabeza.

"Hasta hace unos años solo teníamos diferentes drogas para iniciar un tratamiento preventivo farmacológico. Consistía en la toma diaria de medicación durante algunos meses con el objetivo de controlar mejor las cefaleas. Hoy en día, el botox disminuye la frecuencia y la intensidad de las migrañas y también la necesidad del uso de medicación analgésica-antimigrañosa", detalló la doctora María Teresa Goicochea, neuróloga de planta de Fleni y miembro del Grupo de Cefaleas de la Sociedad Neurológica Argentina

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