Una científica que ya en la cuna era arrullada por los números

Una científica que ya en la cuna era arrullada por los números

Docente, investigadora, perito, esposa y madre. Ella es la tercera tucumana que en 2013 ha sido galardonada con el premio Konex a la producción científica. En uno de sus hogares, la Facultad de ciencias Exactas, cuenta retazos de su historia.

SIN LIMITES. La carrera de Bibiana Luccioni es un camino lleno de sorpresas; la ingeniería, para ella, ha sido siempre una fuente de creatividad. LA GACETA / FOTOS DE INES QUINTEROS ORIO SIN LIMITES. La carrera de Bibiana Luccioni es un camino lleno de sorpresas; la ingeniería, para ella, ha sido siempre una fuente de creatividad. LA GACETA / FOTOS DE INES QUINTEROS ORIO
19 Julio 2013

Puede uno imaginar que es un poco "bicho raro": es menuda -"como un soplo" podría haber dicho de ella Joan Manuel Serrat-, pero emana de ella una energía que contagia, semejante a la de las explosiones que se dedica a investigar. La gran nave que alberga el Laboratorio de Estructuras de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología (Facet) de la UNT es para ella como su casa.

"Ella" es la doctora Bibiana Luccioni, ingeniera civil especializada en estructuras. "Mi padre y mi madre fueron docentes de esta facultad, así que este lugar es una síntesis de mi vida", cuenta, tímidamente, porque no le gusta demasiado esto de la entrevista. Pero se domina. Y hasta se entusiasma cuando se olvida de ella y cuenta lo que hizo y lo que hace, eso que la ha llevado a que la Fundación Konex la haya galardonado como una de los 100 científicos destacados de la última década en la Argentina.

"Los números fueron parte de la familia -cuenta- y en la Facet crecí, estudié, enseño e investigo… y hasta crié a mis hijos". No es un dato menor: ha tenido seis, y eso no le ha impedido hacer su maestría ni su doctorado; dirigir becarios, investigar y enseñar... sus pasiones.

"Haber podido conjugar mi maternidad y mi trabajo se lo debo, en parte, a la ingeniera Nélida Castría, que fundó la primera guardería infantil de la Quinta Agronómica. El lugar sigue siendo muy sencillo, pero es muy eficiente. Es un estímulo para que las mujeres sigan trabajando y no se vayan de la Facultad", reconoce.

Durante muchos años trabajó con los ojos puestos en la pantalla de la computadora, pero el oído atento: "en cuanto reconocía el llanto de mi bebé, podía bajar corriendo a darle de comer. Nunca sentí que fueran incompatibles la maternidad y la ingeniería, para nada…".

Su carrera

Era todavía estudiante cuando, de la mano de quien considera su maestro, el doctor Rodolfo Danesi, comenzó su carrera como investigadora. "Todo mi agradecimiento a él. Tuve la dicha de su cercanía, de su consejo; de tener su saber a mi disposición. Y también la de que 'justito' cuando terminé la carrera (con medalla de oro y promedio 9,43) se abrió la Maestría, dirigida por él".

Las estructuras, esas "responsables de transmitir las cargas de cualquier construcción a las fundaciones", la fascinaron desde chica. También tiene claro que lo suyo es formar recursos humanos e investigar. Su herramienta de trabajo es la computadora, donde realiza simulaciones numéricas de comportamiento de estructuras sometidas a exigencias especiales, entre otros modelos. Y este trabajo la ha sacado del ámbito académico.

Aunque no lo cuenta, salvo colateralmente, lo cierto es que durante 2001 y 2002 fue perito técnico para el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3, que investigó el atentado contra la sede de la AMIA, para construir una simulación computacional tridimensional que reprodujera la mecánica completa del atentado. También en 2002 participó del proyecto sobre la base del cual se recuperó la estructura del edificio de Tribunales, de Tucumán.

Y luego trascendió las fronteras como consultora de empresas e instituciones, investigando y asesorando sobre el efecto de explosiones en estructuras y en suelos. Ello permite, entre otras cosas, tomar medidas de prevención, y también recuperar edificios dañados por explosiones, por terremotos o por simples asentamientos. La doctora Luccioni aclara que es prácticamente imposible prevenir los daños que puedan causar atentados como el de AMIA, porque se desconoce la magnitud y la forma en que se van a realizar.

"En general, en ese tipo de acciones la prevención está orientada a impedir el acercamiento a los edificios, mediante barreras u otro tipo de medidas, y a construir estructuras menos vulnerables a los efectos de cantidades de explosivos que pudieran acceder a las cercanías del edificio en cuestión disimuladas en el movimiento habitual de la zona", explica.

"Sí se pueden prevenir daños, por ejemplo, en petroquímicas, u otras instalaciones en los que la materia con la que se trabaja es potencialmente explosiva. En esos casos, se puede evaluar la magnitud de las explosiones y las probabilidades de que ocurran, para diseñar medidas de protección", explica mientras camina por el laboratorio y espera que sus becarios bajen a participar de la foto, porque ellos dan sentido a buena parte de su trabajo.

Sí... puede parecer un bicho raro. Pero la doctora Luccioni, sin habérselo propuesto, está dando un buen mensaje: feminidad e ingeniería no son incompatibles. Maternidad gozosa e intenso y fructífero trabajo científico, tampoco.


Reconstruyeron cómo explotó la AMIA

La doctora Luccioni, su maestro, el doctor Danesi, y el doctor Daniel Ambrosini participaron como peritos en el juicio oral por la causa AMIA. Luccioni explicó que se realizó una modelación de toda la cuadra de Pasteur al 600 y sintetizó el informe así: "Primero se consideraron cargas explosivas de distinta magnitud y ubicación, y se estudió computacionalmente la propagación de la onda de presión y los daños que generaban. La comparación con los realmente ocurridos permitió determinar la ubicación y la magnitud de la carga explosiva más probables. Luego se simuló numéricamente el colapso estructural del edificio de la AMIA, y se presentaron gráficos y videos que permiten verlo en forma secuencial. La comparación del estado final del edificio obtenido por computadora con las fotos tomadas luego de la explosión confirmó la magnitud y ubicación del explosivo determinadas como más probables".

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Inventando materiales nuevos 

De la mano con sus estudios sobre efectos de los explosivos, la doctora Luccioni desarrolla, a partir de modelos numéricos, materiales que usados en situaciones severas, ya accidentales (como terremotos), ya producidas por las mismas condiciones de servicio de las estructuras. Los nuevos materiales con los que su equipo está trabajando se producen agregando ciertas fibras al hormigón, para evitar que este se desintegre. "Permiten por ejemplo, recuperar estructuras dañadas por sismos o por incendios, y no tener que derrumbar todo un edificio", explicó Luccioni. Además, desarrollan programas de simulación estructural para optimizar dimensiones, reducir márgenes de seguridad o simplemente bajar costos y, a su vez, diseñar los sistemas de refuerzo y reparación.


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