Pequeñas empresas, desafíos en bandeja

Pequeñas empresas, desafíos en bandeja

Las PyME tienen la oportunidad de crecer en tiempos de desaceleración económica. Uno de los caminos para alcanzar mayor productividad es capacitar a sus empleados

14 Julio 2013

Las pequeñas y medianas empresas (PyME) suelen ser las que están más expuestas a los vaivenes de la economía. No tienen la espalda financiera suficiente como para afrontar procesos recesivos. Suelen ser generadoras constantes de mano de obra y, por lo tanto, ante los declives macroeconómicos, suelen pasar procesos de ajustes que, en muchos casos, las obliga a cerrar las persianas. Pero no todo es oscuro en el panorama de esta franja de la economía. Como suele pregonarse desde la filosofía oriental, aquellas crisis también suelen constituirse en desafíos para crecer, en oportunidades de desarrollo para las PyME si es que saben aprovechar el contexto y explorar nuevos nichos de mercado. Una de las claves para diferenciarse, dicen los expertos, es invertir en capacitación del personal. Sus empleados -habitualmente- son la cara visible de la organización y, por lo tanto, la línea de fuego que puede contribuir a la generación de nuevos negocios.

En la medida que las pequeñas y medianas empresas se focalicen en su productividad tendrán más chances de revertir situaciones de deterioro.

En tiempos de cambios bruscos se sectores ganadores y perdedores, lo importante es tener claro el potencial productivo de cada sector. Por ejemplo, el sector metalmecánico, maquinaria agrícola o autopartes encuentran grandes oportunidades en la vinculación con grandes empresas del sector minero, automotriz, o del petróleo. En este caso la oportunidad está en la provisión de insumos a esas industrias o en consolidarse como proveedores. Hay sectores como el del software y el de biotecnología, que se transformaron en importantes proveedores internacionales.

La clave es centrarse en procurar aprovechar las herramientas disponibles de financiamiento, o de indagar nuevos nichos de mercado, o diferenciar más el producto o servicio, puntualizan los especialistas.

Generadoras de mano de obra

Las pequeñas y medianas empresas de la Argentina (PyME) general alrededor del 70% del empleo nacional y llegan a producir el 50% de los bienes y servicios. Este tipo de empresas enfrentan, en la actualidad, un incremento de costos en dólares y en pesos.

Algunas diferencias con las grandes

Las pequeñas y medianas empresas, en general, tienen más concentrada su actividad, presentan mayores problemas para acceder al financiamiento y para desarrollar mercados. Estos son algunos de los factores que las diferencias respecto de las organizaciones más grandes.

Los riesgos para la rentabilidad

Empresas con un importante stock de capital hundido que enfrentan incrementos de costos y operan en sectores con elevada competencia, no pueden trasladar los incrementos a sus clientes. Entonces se deteriora la rentabilidad, frenan inversiones y no incorporan personal.

Grandes oportunidades de expandirse

Por Eduardo Robinson - Economista

¿Cómo está hoy el clima de negocios para las PyME? ¿Alcanza con las herramientas de política industrial y programas implementados por el gobierno para mejorar la competitividad del tejido PyME? ¿Cómo impactan en estas empresas la inflación, el precio del dólar, los impuestos, los costos de insumos y de mano de obra, la situación de los mercados internos y externos y hasta el clima? El contexto económico influye en las decisiones empresarias. Cada empresario pondera distintos factores cuando tiene que orientar sus negocios. En general, las empresas de mayor envergadura, al tener más diversificación de negocios y hasta financiamiento mejor desarrollados, pueden sobrellevar los vaivenes macroeconómicos. No es el caso de las PyME, que tienen su actividad más concentrada; presentan mayores problemas para acceder al financiamiento y desarrollar mercados.

¿Cuáles son sus actuales desafíos? La pregunta es relevante si se considera que las PyME producen el 70% del empleo nacional y el 50% de los bienes y servicios. Las empresas enfrentan un suba de costos en dólares y en pesos. Claro que la magnitud en el que las afecta depende del rubro en el que se desenvuelven y de otros factores como el nivel de formalidad que les permita acceder al crédito bancario, la dependencia del nivel de actividad interna (sector comercial), las que tienen problemas de infraestructura (agro), que enfrentan mayores costos de transporte.

Empresas con un importante stock de capital hundido que afrontan incrementos de costos y operan en sectores con elevada competencia, no pueden trasladar las subas a sus clientes. Entonces se deteriora la rentabilidad, frenan inversiones y no incorporan personal. Por su parte, aquellas que tienen menos competencia en el mercado y que pueden trasladar los mayores costos a sus clientes (en general las de servicios), ven una contracción de la demanda.

Están, además, las que utilizan la totalidad de la capacidad instalada, adecuada rentabilidad, acceso al financiamiento y proyectos de expansión. Por ejemplo, algunas de servicios financieros regionales, que estiman niveles crecientes de demanda de sus productos.

Así, si bien pueden determinarse factores comunes a las empresas, como mayores costos, más incertidumbre y deterioro de la competitividad, no a todos los sectores los afecta por igual. Por ejemplo, las PyME del sector metalúrgico se ven afectadas por las actividades conexas (minería, ingenios, citrícolas, automotriz, agrícola). Se preveía un 2013 con buena demanda de Brasil y buena producción automotriz, lo que dinamiza la cadena de autopartes y de proveedores de insumos y de máquinas y equipos. De hecho, es récord la producción de autos en el país, pese a que la actividad en Brasil continúa débil.

Pese a que se trata de un sector beneficiado por la política de sustitución de importaciones, los primeros cinco meses no fueron positivos para el sector textil. Según el Indec, muestra una baja del 5,5% respecto de 2012. Las PyME vinculadas a este sector se han visto afectadas, excepto las relacionadas con hilados de algodón que subió la producción.

¿Cuáles son los planes de las PyME para el corto plazo? ¿Incrementar la inversión en marketing y posicionamiento de marca? ¿destinar recursos para invertir en capacitación del personal? ¿innovación tecnológica? ¿introducir mejores políticas de precios? Generalmente en los sectores con mayor rivalidad gana el que tiene el mejor personal. Por lo tanto, capacitar al personal puede ser clave mientras se proyectan nuevos negocios. Favorece la competitividad.

Dada la variedad de empresas que conforman el tejido productivo de las PyME, no hay recetas para interpretar el contexto. Sí puede decirse que es importante que estas, pese a las adversidades que puedan enfrentar, se focalicen en inversiones que contribuyan a mejorar su productividad. No todos presentan las mismas oportunidades ni amenazas. La clave es aprovechar las herramientas disponibles de financiamiento; indagar nuevos nichos de mercado o diferenciar más el producto o servicio.

Así tendrán más chances de revertir situaciones de deterioro. En tiempos de cambios bruscos, lo importante es tener claro el potencial productivo de cada sector. Por ejemplo, el metalmecánico, maquinaria agrícola u autopartes encuentran grandes desafíos en la vinculación con grandes empresas del sector minero, automotriz, o del petróleo. En este caso la oportunidad está en la provisión de insumos a esas industrias o en consolidarse como proveedores. Hay sectores como el del software y el de biotecnología, que se transformaron en importantes proveedores internacionales. La economía argentina tiene todavía un enorme potencial y las PyME, por sus características, deben estar atentas para los desafíos que seguirán presentándose.

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