La transgresión provoca tragedias viales

La transgresión provoca tragedias viales

12 Julio 2013
Una significa quebrantar, violar un precepto, ley o estatuto. La segunda, falta de control, de orden, de disciplina. La tercera, situación de las personas o cosas que están indefensas. La cuarta, falta de castigo. La transgresión, el descontrol, la indefensión y la impunidad suelen andar de la mano en nuestro sistema vial. Cuando suceden tragedias mortales, los más afectados suelen ser los familiares de las víctimas. Hay casos emblemáticos en Tucumán, sucedidos en los últimos siete años. Algunos son los de la abogada María Silvia Jantzon de Marchese y su hijo Domingo (diciembre de 2006), la médica María Cecilia Reales (febrero de 2009) y el canillita Raúl Marcelo Pucheta (julio de 2010), que fallecieron en Yerba Buena, que permanecen sin sanción.

Tres de sus familiares, como un modo de elaborar su dolor y no agotar sus energías en la indiferencia tribunalicia, decidieron unirse con la idea de generar conciencia sobre la importancia de respetar las normas viales y se sumaron la campaña "No sumés una estrella más al cielo" que se inició en San Miguel de Tucumán en julio de 2011, cuando se pintó el primer símbolo en la esquina de avenidas Adolfo de la Vega y Mate de Luna. En ese lugar había sido atropellado el canillita Raúl Marcelo Pucheta. Sin embargo, la campaña se lanzó oficialmente el 13 de abril de 2012. Fue un cordobés el impulsor de "Estrellas amarillas", cuyas dos hijas murieron en accidentes viales.

La misión de su fundación es promover la educación vial en escuelas. Una de las acciones es pintar el símbolo en el lugar donde hubo una muerte para generar conciencia en la sociedad. Desde entonces, más de un centenar de estrellas amarillas se pintaron en calles y rutas de la provincia. El subdirector de la Dirección de Tránsito de Yerba Buena dijo que en la avenida Perón, detectan con frecuencia vehículos que circulan a 140 km/h o más, pese a que las velocidades permitidas van desde los 40 hasta los 70 km/h, según el carril. Dijo que los domingos por la tarde, cuando todo el mundo está corriendo o andando en bicicleta, hay picadas de autos y que si tuviese más inspectores a su cargo, efectuaría más controles de velocidad y de alcoholemia. Admitió que nada puede hacer para detener a los jóvenes que manejan alcoholizados durante los fines de semana. En los 6,5 kilómetros de la avenida Perón, no hay semáforos, y apenas tres y cuatro reductores de velocidad de cada lado.

Según la estadística de esa repartición la edad promedio de las personas involucradas en accidentes viales oscila entre los 18 y los 35 años; la mayoría de los choques son laterales y que en un puesto de control se secuestran hasta 25 vehículos por noche, por conducir en estado de ebriedad.

Tucumán aportó 257 defunciones a las 7.485 muertes viales que contabilizó la asociación civil "Luchemos por la vida" durante 2012 hasta el 4 de enero pasado, 44 más que en 2011. La realidad está mostrando que hay puntos débiles importantes, comenzando por la falta de educación de quienes se suben a un vehículo hasta la autoridad que es inconstante en los controles y es poco proclive a aplicar sanciones ejemplificadoras, según los casos. Si así no fuera otra sería

Las reglas, las leyes, las ordenanzas, las constituciones se elaboran para el bien común, para cumplirlas y aplicarlas. Cuando ello no sucede la transgresión, el descontrol, la indefensión y la impunidad se convierten en un flagelo social.

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