Se acabó la paciencia

Se acabó la paciencia

Piden sanciones más duras para los clubes cuyos hinchas generen incidentes.

UNA IMAGEN REPETIDA. Los árbitros fueron los más castigados en esta escalada de violencia que reina en el torneo liguista. UNA IMAGEN REPETIDA. Los árbitros fueron los más castigados en esta escalada de violencia que reina en el torneo liguista.
12 Julio 2013
La Liga Tucumana de Fútbol recibió la peor noticia. La Policía identificó a un dirigente como el hombre que arrojó la botella que golpeó en el cuerpo de un asistente y que derivó en la suspensión del encuentro entre Santa Ana y San Lorenzo que se disputó el miércoles en el estadio de Concepción FC. "Esto no da para más, tendremos que ser más duros", se apura en aclarar Darío Zamoratte, presidente de la LTF.

Y el dirigente tiene razón en estar molesto. El clásico que no terminó, se organizó en una cancha neutral y a puertas cerradas para tratar de evitar que se registraran incidentes, objetivo que no se cumplió. "La verdad es que muchas veces no sabemos cómo actuar. Hacemos todo lo posible y lo mismo tenemos problemas. Evidentemente, tendremos que aplicar castigos mucho más duros", destaca Zamoratte. Jorge Díaz, titular del Comité de Seguridad Deportiva de la Policía, anticipó que solicitarán a la Liga que mayores sanciones a los clubes cuyos hinchas o dirigentes protagonicen incidentes. "Durante la semana organizamos todos para buscar que no se registren hechos de violencia. Ya se aplicaron castigos, pero es evidente que no alcanzan, hay que ser más duros", destacó.

Zamoratte dijo que están estudiando los aspectos reglamentarios para acabar con este flagelo. "Podemos hacer muchas cosas. Ya suspendimos a los estadios de Unión Aconquija y de Graneros. No nos quedará otra que comenzar a quitar puntos, un fallo drástico que puede servir de escarmiento y más aún cuando entramos en la etapa de definiciones del certamen", adelantó.

Díaz coincide con el directivo y espera que desde la LTF se pongan más firmes aún. "Si los equipos del Sur siguen generando incidentes, lo mejor sería programar sus partidos a puertas cerradas en los estadio de esta ciudad. Buscaremos ahora recorrer ese camino", propuso el comisario.

Zamoratte sabe que con los castigos no alcanza, que hay otros caminos que se deben recorrer para que la situación no se agrave aún más. Cuenta por ejemplo el lamentable episodio de un juvenil que miraba un encuentro de su equipo. Molesto por un fallo arbitral, ingresó al campo y agredió al juez. "Le dimos 18 fechas de suspensión, pero no estamos convencidos de que esa sea la solución. También nos parece terrible que tengamos que pedir a la Policía que vaya a custodiar los partidos de los juveniles, pero lo haremos lo mismo. En realidad, todo pasa por una cuestión de formación y eso es responsabilidad de los clubes. Ellos son los que deben elegir entrenadores que sepan conducir grupo de jóvenes", concluyó.

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