EEUU espiaba la relación comercial y política entre la Argentina y Venezuela

EEUU espiaba la relación comercial y política entre la Argentina y Venezuela

Agencias norteamericanas interfirieron las comunicaciones en nuestro país para buscar información estratégica. Un informe de un diario brasileño sobre los documentos aportados por el ex espía Snowden revelan el control en Latinoamérica. Debate en la OEA sobre el vuelo de Evo

MALESTAR. Bolivianos protestan contra España, Italia, Francia y Portugal ante la embajada de EEUU en La Paz. REUTERS MALESTAR. Bolivianos protestan contra España, Italia, Francia y Portugal ante la embajada de EEUU en La Paz. REUTERS
10 Julio 2013
RÍO DE JANEIRO.- El espionaje cibernético global realizado por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos, en colaboración con la CIA, está en curso en varios países latinoamericanos, entre ellos Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México y Venezuela, reveló ayer el diario brasileño O Globo.

En un informe elaborado conjuntamente con el periodista inglés Glenn Greenwald, colaborador del diario británico The Guardian, se analizan documentos de la NSA filtrados por el ex informante Edward Snowden. La nota revela que, mediante el uso del programa Prisma, la agencia norteamericana interceptó correos electrónicos, charlas online y por teléfono y otros tipos de comunicación de clientes de empresas como Facebook, Google, Microsoft y YouTube.

La Argentina fue monitoreada en forma casi constante, en especial durante largos períodos de la relación del Gobierno con el presidente venezolano, Hugo Chávez, y próximos a su muerte en marzo. El eje se centró en datos estratégicos de las relaciones políticas y comerciales.

¿La NSA también obtuvo datos sobre petróleo y compras militares de Venezuela; energía y drogas en México; y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Sobre Brasil se registró la actividad más intensa de espionaje vía satélite de llamadas telefónicas y mensajes de email. Y fueron espiados "en forma constante, pero en menor intensidad", Chile, Perú, Paraguay, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y El Salvador.

El Prisma no fue el único programa utilizado por la NSA en acciones de espionaje en América Latina. Entre enero y marzo estuvo activo el Boundless Informant, que se aplicó sobre llamadas telefónicas y accesos a Internet. También se usó el X-Keyscore, que puede identificar la presencia de un extranjero en un país por el idioma de sus conversaciones virtuales.

Aparte de estos soportes, se desplegaron agentes secretos disfrazados de diplomáticos en, por lo menos, cinco países: Panamá, Venezuela, Brasil, Colombia y México (estos tres últimos eran considerados los objetivos prioritarios del espionaje de EEUU).

"Es seguro que la NSA mantuvo al menos hasta 2002 una base de cosecha de datos en Centroamérica, ubicada en Sábana Seca, en el distrito de San Juan de Puerto Rico, según los mapas de la agencia", se afirmó en la publicación, en la cual se agregó que no fue sido posible confirmar si esas actividades siguen en curso.

Reacción en el Brasil

La Cancillería brasileña le pidió explicaciones al embajador de EEUU, Thomas Shannon, y la delegación diplomática brasileña en Washington hizo lo mismo con el Departamento de Estado, mientras que una comisión del Congreso dijo que planea convocar a Shannon y a ministros por el caso. La presidenta, Dilma Rousseff, ordenó al Ministerio de Comunicaciones y a la Agencia Nacional de Telecomunicaciones que investiguen la participación de empresas brasileñas en los actos de espionaje.

El ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, en tanto, negó haber sabido que la CIA montó una "base espía" en su país durante su Gobierno.

La Organización de Estados Americanos (OEA) trató ayer la crisis internacional desatada por la prohibición de países europeos al tránsito del presidente boliviano, Evo Morales, por su espacio aéreo ante la sospecha de que trasladaba a Snowden. El ex espía sigue varado en un aeropuerto de Rusia, sin que haya aceptado aún el asilo humanitario que le ofreció Venezuela.

El incidente fue calificado por Bolivia como un atentado y un acto de "piratería aérea". La OEA no consensuó una posición unánime, luego de que Estados Unidos considerara que el tema era una cuestión bilateral entre los países afectados y no un tema general, pero su secretario general, José Miguel Insulza, advirtió que el caso dejó una "herida" en las relaciones de Europa con América Latina. "Es una ofensa grave", resaltó. (DPA-Télam-Reuters)

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