Se puede ser único, aún cuando se tienen hermanos

Se puede ser único, aún cuando se tienen hermanos

07 Julio 2013
La palabra "único" arrastra una carga que puede resultar pesada si los padres no saben cómo equilibrarla. Las expectativas, las exigencias y hasta las frustraciones de ellos no tienen dónde más caer que en ese único ser. A su vez, el hijo puede devolver una catarata de pedidos y caprichos que siempre van a tener un sí por respuesta.

"Hay hijos únicos a los que durante la crianza les enseñaron que en la vida no serán únicos", señala Graciela León, psicoanalista. Entonces, esa circunstancia real se modifica con la educación que le dan los padres, enseñándole a compartir, a soportar la frustración y a ser solidario.

Así como cada vez hay más parejas que tienen un solo hijo -explica la especialista-, la socialización también comienza antes, con el jardín maternal. Es un espacio donde el niño se encuentra con otros que van a ser más inteligentes, más rápidos y todo lo que surge de compartir con otros. A los niños también los ayuda practicar deportes en equipo, donde el éxito dependa del grupo.

A veces los rasgos negativos no dependen de ser únicos. "Hay hijos que tienen hermanos, pero son criados como únicos", comenta la especialista. Es el caso del hijo elegido o preferido. De la mujer que viene después de tres varones o al revés. O del que se diferencia del resto de sus hermanos porque tiene algún rasgo que los padres valoran como mejor. El hijo al que se le da todo, aunque no lo pida o no lo necesite. Mónica Espíndola es maestra jardinera y asegura que muchas veces es notoria la diferencia entre el niño que no tiene hermanos y el que viene de una casa con más integrantes. "Por lo general, les cuesta compartir y desapegarse de los padres. Son más consentidos", comenta.

Esa primera experiencia con sus pares también pone a prueba a los padres. "Algunos los sobreprotegen demasiado y a los chicos los hacen inseguros", dice, pero aclara que son rasgos que en el jardín se pueden modificar. Marcelo Maspero es profesor de Educación Física de niños con capacidades diferentes. Asegura que esto, más el hecho de que sean únicos, acentúa algunos problemas. "Los padres tienden a sobreprotegerlos mucho porque piensan: 'pobrecito no puede hacer esto o aquello'. Esto marca una diferencia para él y para quienes están a su alrededor, porque está acostumbrado a que sea todo para él y a convertirse en el centro de atención", comenta.

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