Monster University: asustar niños no es tarea fácil

Monster University: asustar niños no es tarea fácil

Mike Wazowski concurre a la universidad de los monstruos convencido de que aprenderá mejor que nadie las técnicas para asustar a los niños humanos. Entonces conocerá a Sulley, un "asustador nato", y entre ellos nacerá la amistad que los convertirá en leyenda en el mundo de los monstruos.

Monster University: asustar niños no es tarea fácil
22 Junio 2013
Tanta imaginación y tamaños aciertos en la resolución visual pueden resultar agobiantes. El desfile de monstruos de todo tipo, tamaño y pelaje se convierte en un reto al espectador, que lucha para no perderse ningún detalle de lo que se ve en la pantalla. La empresa es, desde ya, imposible de concretar por la variedad y la cantidad de elementos que se ofrecen en cada fotograma. Sin embargo, la frescura del relato y el ritmo de la narración convierten a esta nueva producción de Pixar en una experiencia que se disfruta desde el comienzo hasta los títulos finales.

Es cierto que, en esta oportunidad, el guión carece de la originalidad y de las reflexiones profundas que siempre aparecen en las historias que narran las películas de esta factoría. Pero no lo es menos que el entretenimiento, la diversión, el humor y las excelencias visuales están presentes en cantidad y calidad. También los adultos que acompañan a los niños descubrirán guiños y referencias a otros filmes (propios y ajenos) que seguramente pasarán desapercibidos a los más pequeños; y esta es, también, una marca de fábrica de Pixar.

Mike y "Sulley" son en este filme jóvenes estudiantes que pretenden ser "asustadores" profesionales; el entrañable huevo verde lo intentará desde el empeño y el sacrificio, y el grandote peludo aprovechará sus dotes naturales. Pero lo más importante para ambos será que (no sin tropiezos) comenzarán a complementarse para convertirse en la épica pareja de "asustadores" que se conoció en "Monsters, Inc" (2001).

Pixar ya ha acostumbrado al público a un "bonus"; esta vez, se trata del corto "Azu-lado", una especie de nostálgica historia de amor entre dos paraguas bajo la lluvia. Vale la pena llegar temprano al cine para no perdérsela; es de esos productos capaces de provocar sensaciones similares en espectadores separados por casi seis décadas de edad. Es lo que pudo comprobar quien esto escribe con su circunstancial compañero de butaca en la tarde del jueves; es el tipo de milagro que logra el cine, siempre y cuando haya de por medio talentos como los que promueve y nuclea Pixar.

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