"El Arsenal era el infierno", dijo un testigo

"El Arsenal era el infierno", dijo un testigo

Un trabajador textil relató su cautiverio

12 Mayo 2013
"De Los Ralos secuestraron a 15 trabajadores y sólo dos tuvimos la suerte de volver. Para la dictadura ser gremialista podía ser peligroso". Juan C. afirmó haber estado 20 días (en junio de 1977) en el centro de exterminio del Arsenal "Miguel de Azcuénaga". El hombre precisó fechas y nombres de los raleños que habrían sido víctimas del terrorismo de estado. La mayoría, obreros textiles (como él) o azucareros. Su testimonio aportó al contexto para la megacausa "Arsenales II-Jefatura II".

Juan precisó los golpes y torturas a las que fue sometido. Describió que, de acuerdo a su experiencia allí, las fuerzas de seguridad se habrían dividido las tareas de secuestro (policías), interrogatorios (militares) y vigilancia (gendarmes). Luego, contó un recuerdo de su cautiverio: "era el infierno. En los tres domingos que estuve, se hacían partidos porque iba a ser el Mundial. Los milicos escuchaban los partidos. De fondo, se oían las ovaciones de las tribunas. Yo pensaba cómo era posible que nuestras familias sufrieran y en la cancha todos estaban como si nada pasara". El testigo afirmó haber visto en el galpón a la ingeniera Isabel Jiménez, quien es víctima de la causa y permanece desaparecida. También pudo observar a su vecino Santos Juárez (liberado).

El caso de Benedicto
El abogado del imputado Juan Carlos Benedicto, Luis Benedicto, negó que el testigo O.P (protegido) haya involucrado como miembro de una "patota" al escribano durante su testimonio. "En ningún momento dijo que 'Juanca' era mi defendido. También hizo referencia a que todos los de ese grupo pertenecían al destacamento 142", consignó el letrado y aportó la lista de miembros de esa dependencia de Inteligencia en la que no figura su patrocinado. Afirmó que en 1976 su hermano tenía 18 años y que mide 1.70 y que el declarante afirmó que era más alto. La Fiscalía lo considera presunto responsable de haber intervenido en el delito de tormentos en perjuicio de Adolfo Méndez Brander, Margarita Laskowski y Gustavo Adolfo Fochi; y del homicidio de este último. Antes del comienzo del juicio, el escribano estuvo seis meses prófugo.

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