Guardar la palabra

Guardar la palabra

Pbro. Dr. Jorge A. Gandur

05 Mayo 2013
"El que me ama guardará mi Palabra y mi Padre le amará y vendremos a él y haremos morada en él". (Evangelio).

¿Quién guarda la palabra de Dios? El que conoce a Dios y cree en Él. Los hombres recordamos en nuestro interior todo aquello que amamos y el que se enamora de Dios no sólo guarda su palabra sino que la pone en práctica, la incorpora a su vida con un convencimiento firme. No es propio de los enamorados y de los amigos la traición y el fraude; éstos suelen guardar muy bien las palabras que se intercambian. Ahora bien, ¿Cómo podemos ser fieles al mensaje de Amor que el Padre Eterno nos transmite por medio de su palabra, el Verbo hecho carne?

-Prestar atención: Detenernos a escuchar con interés, hacerlo con respeto y admiración. El Señor llama 'feliz' al que escucha su palabra y la pone en práctica.

-Abrirle el corazón: Que significa recibirla con fe, cariño, agradecimiento: "Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguno escucha mi voz y abre la puerta yo entraré y cenaré con él y él contigo" (Ap 3, 20).

-Hacer que fructifique: Como la buena semilla que cae en la buena tierra. Hay que limpiar el campo de nuestra alma de todos los obstáculos que pueden hacer inútil la siembra.

El Señor siembra abundantemente en cada uno de nosotros y quiere que ésta produzca frutos y frutos abundantes. Obras son amores y lo dice con claridad en el evangelio de éste domingo. "El que me ama guarda mi palabra". Amar a Dios se traduce en un fiel cumplimiento de todos los mandamientos, de modo de quien no los cumple, no ama a Dios por mucho que figure. Estos últimos dicen amarlo pero su corazón está lejos de Él.

Para cambiar de actitud es necesario pedir ayuda al Espíritu Santo: "El Espíritu Santo que enviará el Padre en mi nombre será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que yo os he dicho". Y el Espíritu Santo condicionará el corazón y la inteligencia para que con exactitud descubramos el mensaje de Dios, guiados por el Magisterio de la Iglesia que es el depósito e interprete fiel de la Verdad revelada.

Reflexionemos

No nos olvidemos que ésta Palabra produce la paz. Él nunca nos abandona, la esperanza cristiana nos llena de fortaleza y de paz, pues Él cumple su palabra como nos dice el Evangelio "La paz os dejo mi paz os doy".

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