Polémica por la circuncisión de los rabinos

Polémica por la circuncisión de los rabinos

La ceremonia había sido condenada por considerarla antihigiénica y en un límite con la pederastia. Tribunales estadounidenses han dado la razón a la comunidad judía ortodoxa.

RITUAL. Un mohel (rabino) preparado para la circunsión del varón recién nacido. REUTERS RITUAL. Un mohel (rabino) preparado para la circunsión del varón recién nacido. REUTERS
11 Abril 2013
NUEVA YORK, Estados Unidos.- Una práctica tradicional de los rabinos ultraortodoxos de Nueva York podrá continuar sin obstáculos legales. Se trata del ritual denominado metzitzah b'peh, que consiste en succionar el pene a los bebés tras practicarles la circuncisión, a los ocho días de haber nacido.

Era una batalla legal que venían librando desde hacía mucho tiempo en los tribunales estadounidenses y que al final ha dado la razón a esta comunidad, al considerar que forma parte de la praxis religiosa sin ningún daño moral ni sexual para los niños.

La ceremonia de circuncisión de la comunidad ultra ortodoxa es un tema controvertido en Nueva York. Hay quienes insisten en que, además de antihigiénica, roza la pederastia. Las quejas y denuncias se repiten por las consecuencias mortales que este ritual podría tener para los recién nacidos, ya que a través de la saliva se les puede contagiar el virus HSV-1, conocido como herpes simple.

A pesar de que se trata de una enfermedad que no tiene síntomas, la mayoría de los adultos están infectados con este virus, y al tener contacto con la sangre del bebé pueden transmitirlo, consignó el sitio Qué.es.

El ritual consiste en que el mohel (rabino) absorbe una pequeña cantidad de sangre de la herida del pene del bebé, que escupe, para posteriormente aplicarle un ungüento antibacteriano y vendarla.

A principios de año, funcionarios del Departamento de Salud de Nueva York reportaron que 11 bebés de los 20.493 que habían sido sometidos en los primeros meses al procedimiento habían contraído infecciones de herpes entre los años 2000 y 2011, y dos habían muerto. LA GACETA

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