11 Abril 2013
Nada se sabía de todos los elementos de computación que habían sido robados de la Escuela N°384 "José María del Campo" hasta el sábado a la siesta, cuando la Policía sorprendió a un grupo de menores con parte del botín. Los jóvenes estaban en un terreno baldío del barrio San Martín, en la localidad de Juan Bautista Alberdi, al sur de la provincia.
Los uniformados llegaron a esa esquina en el preciso momento en que los adolescentes intentaban vender los artículos sustraídos del establecimiento educativo. Al advertir la presencia del personal policial, los menores huyeron corriendo y se perdieron entre los matorrales.
Pero uno de ellos no consiguió escapar. En el apuro por salvarse de ser arrestado, el joven arrojó al piso un monitor blanco que llevaba en sus manos y se metió rápidamente en una casa vecina.
El personal de la comisaría de Alberdi, a cargo del subcomisario Marcos Raúl Barros, tocó el timbre de la vivienda. Poco después, una mujer de 54 años abrió la puerta. Los uniformados le explicaron las razones por las que buscaban al menor, que era su nieto. Después de escuchar el relato de los policías, a la abuela no le quedó más opción que permitirles entrar y llevarse al joven.
Dentro de la casa, además de encontrar al adolescente de 15 años, los policías hallaron casi todos los artículos que habían sido robados de la escuela: un CPU, tres mouses, una impresora, dos estabilizadores, dos módems y 14 tijeras chicas de distintos colores.
Varias escuelas
Cuando llegaron a la comisaría, los uniformados cotejaron los elementos hallados con la denuncia realizada anteriormente por la subdirectora del establecimiento, Raquel Noemí González. Así descubrieron que los artículos no sólo coincidían con la descripción que había dado la docente, sino que también eran parte del botín obtenido por los delincuentes en otras escuelas de la zona.
Todos los elementos quedaron secuestrados, mientras que el adolescente fue puesto a disposición del Juzgado de Menores del Centro Judicial Concepción, que ordenó que el joven sea entregado a sus padres. Según señaló la Policía, el individuo es uno de los integrantes de una banda delictiva que se dedica a robar escuelas.
Los uniformados llegaron a esa esquina en el preciso momento en que los adolescentes intentaban vender los artículos sustraídos del establecimiento educativo. Al advertir la presencia del personal policial, los menores huyeron corriendo y se perdieron entre los matorrales.
Pero uno de ellos no consiguió escapar. En el apuro por salvarse de ser arrestado, el joven arrojó al piso un monitor blanco que llevaba en sus manos y se metió rápidamente en una casa vecina.
El personal de la comisaría de Alberdi, a cargo del subcomisario Marcos Raúl Barros, tocó el timbre de la vivienda. Poco después, una mujer de 54 años abrió la puerta. Los uniformados le explicaron las razones por las que buscaban al menor, que era su nieto. Después de escuchar el relato de los policías, a la abuela no le quedó más opción que permitirles entrar y llevarse al joven.
Dentro de la casa, además de encontrar al adolescente de 15 años, los policías hallaron casi todos los artículos que habían sido robados de la escuela: un CPU, tres mouses, una impresora, dos estabilizadores, dos módems y 14 tijeras chicas de distintos colores.
Varias escuelas
Cuando llegaron a la comisaría, los uniformados cotejaron los elementos hallados con la denuncia realizada anteriormente por la subdirectora del establecimiento, Raquel Noemí González. Así descubrieron que los artículos no sólo coincidían con la descripción que había dado la docente, sino que también eran parte del botín obtenido por los delincuentes en otras escuelas de la zona.
Todos los elementos quedaron secuestrados, mientras que el adolescente fue puesto a disposición del Juzgado de Menores del Centro Judicial Concepción, que ordenó que el joven sea entregado a sus padres. Según señaló la Policía, el individuo es uno de los integrantes de una banda delictiva que se dedica a robar escuelas.
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