Berlocq hizo estallar el corazón

Berlocq hizo estallar el corazón

Luego que Tsonga puso el 2-2 al batir a Mónaco, "Charly" selló el pase argentino a "semis" logrando un gran triunfo ante Simon.

EL HOMBRE DEL MOMENTO. Sin Del Potro y con Nalbandian en el crepúsculo de su carrera, Argentina encontró en Carlos Berlocq al jugador que aportó coraje. REUTERS EL HOMBRE DEL MOMENTO. Sin Del Potro y con Nalbandian en el crepúsculo de su carrera, Argentina encontró en Carlos Berlocq al jugador que aportó coraje. REUTERS
"Ni se imaginan el miedo que tenía de entrar a la cancha…" A micrófono abierto y con inusual claridad, Carlos Berlocq le dijo al estadio todo aquello que había sido el contexto de su partido. El quinto punto de la Copa Davis podría ser el título de una enciclopedia de sensaciones, estados de ánimo, inestabilidad anímica, y muestras de grandeza y valentía. Un poco de algunas cosas, y mucho de otras, tuvo el match que Berlocq le ganó a Gilles Simon.

Como prólogo, rápido y contundente prólogo, podríamos usar la victoria de Jo-Wilfried Tsonga sobre Juan Mónaco. En un Parque Roca todavía fresco, el francés fue un jugador distinto del que habíamos visto el viernes. Consciente de la categoría de su rival, entró serio, y se mantuvo así cada uno de los 100 minutos que duró el juego. Dentro de esa seriedad tenística no dejó un solo espacio para la sorpresa. Desde el quiebre de ventaja en el primer set, manejó los tiempos y los esfuerzos para enfocarse en sus turnos de saque. Y cuando "Pico" encontró las posibilidades de quiebre, el francés le dio papel protagónico a su servicio, para rescatarse de las complicaciones. Casi idéntico fueron el trámite y los números del segundo. El score así lo dice. El tercero estuvo demás. A esa altura Tsonga era una fuerza desbordante; Mónaco, en cambio, un batallador que ya no peleó.

Con la serie 2-2, la atmósfera se puso tensa como hace mucho no se recordaba. Era imposible estar sentado con las piernas quietas. Era apenas el inicio del quinto punto, aunque pareciera bastante más que eso. Cualquier error no forzado se lamentaba como si fuera un break point en contra. La carga anímica era palpable, como si se pudiera tocar. Si hasta el público pareció entrar en un impasse de fervor difícil de explicar.

El juego fue cambiante. La iniciativa pasó de manos permanentemente y los números reflejaron esa tendencia. En ese marco resulta difícil diferenciar las razones técnicas y estratégicas para explicar el resultado. Sí hay razones tenísticas, si se entiende que la combinación de mente y corazón es una parte muy importante de la vida de un jugador. Y entonces no queda más que decir que Berlocq fue el que mejor asimiló eso del principio, eso del miedo que tenía antes de entrar a la cancha. Le costó dormir, le costó no pensar, le costó jugar, le costó ganar. Todo le costó, como siempre. Aunque, desde hace ya un tiempo, las cosas le cuestan pero las consigue.

Y entonces el festejo de la remera arrancada se repitió. Y entonces aquel partido de la serie anterior ante el alemán Philipp Köhlschreiber dejó de ser el más importante de su carrera, para ser el segundo. Y entonces se ganó un protagonismo reservado solo para David Nalbandian o Juan Martín del Potro. La última pelota desviada le permitió desviar la mirada hacia el costado. Allí fueron los ojos de Berlocq. Allí estaban su mujer, su equipo de trabajo y el equipo completo. Y hacia allí fue, dispuesto a fundirse en el abrazo más deseado de toda su carrera.

"Logramos una hazaña!
BUENOS AIRES.- "Fue un triunfo de equipo, logramos una hazaña". Carlos Berlocq no ahorró en calificativos una vez consumado el éxito argentino.

"Todos lo deseábamos muchísimo; no se imaginan lo que sentíamos en la previa, antes de ganar esta serie", afirmó el jugador oriundo de Chascomús.

Berlocq protagonizó ayer el triunfo más importante de su carrera. El tenista, de 30 años y 71 del ranking ATP, no ganó nunca un título de forma individual y su mejor actuación fue ser finalista del torneo de Viña del Mar en 2012. "Deportivamente fue el día más especial de mi vida", subrayó.

"Sinceramente no tengo palabras para expresar lo que siento. No se imaginan el miedo que tenía antes de entrar a la cancha, no se imaginan la presión que fue todo el partido, sentí que me acalambraba, pero la fuerza que me dio la gente no lo puedo creer", declaró.

Tras romper su camiseta, abrazó a sus compañeros, se tiró sobre el polvo de ladrillo, pidió aplausos para todo el equipo y corrió al otro lado de la red para saludar a sus rivales. (DPA-Especial)

Sorprendido por el éxito
BUENOS AIRES.- El capitán del equipo argentino de Copa Davis, Martín Jaite, aseguró que es una sorpresa el hecho de haberle ganado a Francia por los cuartos de final del Grupo Mundial.

"Estoy muy contento por el triunfazo que conseguimos. Haber ganado así a un rival tan categorizado no sé en qué lugar de la historia está, ahora en caliente me parece la más importante", dijo.

El capitán contó que el equipo francés tuvo un gran gesto deportivo y fue al vestuario a saludarlos por el triunfo. "Me pareció muy valioso el gesto". Según Jaite, lo más difícil de la serie fue el rival. "En los últimos diez años se dieron muchos impactos en la Davis, recuerdo Australia y Serbia, pero en este caso, la gente no esperaba que ganáramos y nosotros estábamos con confianza". (Télam)

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