Los Manseros Santiagueños: "un tema de moda no es igual a un clásico"

"Trabajar duro. Porque en la vida nada es fácil". Ese es el gran secreto de la permanencia, sostiene Martín Paz, último en incorporarse a un grupo que lleva ya más de 53 años de vigencia, Los Manseros Santiagueños. Y ese afán por el oficio es coherente con el espíritu que ha llevado a los fundadores a elegir ese nombre para la agrupación, en honor al trabajo de los peones de campo que cuidan las haciendas. Pero el sacrificio rinde sus frutos: medio siglo después de su surgimiento, ellos se definen como "la única banda original de la música autóctona argentina".

¿Esto quiere decir que reniegan de las nuevas corrientes? Para nada, aclara Paz. "Respetamos y nos alegramos muchísimo de que surjan valores como Abel Pintos, Soledad Pastorutti o Luciano Pereyra. Es gente que le ha dado aires frescos al folclore. Ocurre que todos tenemos una línea: hoy me toca ser parte de un grupo tradicional, pero quizás mañana grabe algún disco con otro estilo, como lo he hecho antes de mi incorporación a esta banda. Me gusta toda la música y lo mismo mis compañeros; no renegamos de los nuevos valores porque somos una gran familia y defendemos al folclore argentino. Uno solo no podría hacer nada".

Por esto, la segunda voz de Los Manseros anhela que las letras de la nueva generación alcancen la trascendencia de canciones como "Añoranzas" o "La vieja", éxitos manseros. "Por el momento pintan bien, convocan a mucha gente y venden discos, pero no es lo mismo un tema de moda que un clásico", precisa.

En la búsqueda
Hijo de Onofre Paz, fundador e integrante más viejo de Los Manseros, Martín dice haber crecido signado por la influencia directa de los músicos, que muchas veces iban a ensayar a su casa paterna. "Siempre han sido mis grandes referentes aunque en la adolescencia escuchaba otras cosas, como los primeros discos solistas de Mario Álvarez Quiroga y de Horacio Banegas, que han marcado una etapa. También respeto mucho a Cuti y Peteco Carabajal como autores. De todos modos, desde muy chico, cuando tenía 12 o 13 años, participé como músico en las grabaciones de Los Manseros. Yo tocaba el bombo, aunque quizás muchos no lo sepan..."

Según Paz, integrarse a una agrupación creada y liderada por su padre le ha enseñado a admirarlo más. "A mi viejo lo respeto mucho, tiene gran experiencia. Él es muy exigente dentro del grupo, pero eso es para bien porque siempre tiene que haber una persona que maneje el barco -subrayó-. No en vano han pasado tantos años y Los Manseros siguen vigentes y mantienen el estilo de sus comienzos. Si se escucha el primer disco y el último, se verá que es el mismo sonido. Mi papá mantuvo esa línea".

Y vigentes seguirán porque, pese a que ya tienen escritas más de 300 canciones, el afán compositor persiste. "Con semejante repertorio a veces tememos repetirnos, es difícil. En mi caso, después de hacer un éxito como 'Eterno amor', me he preguntado '¿me saldrá un tema que supere a este?' -se sincera-. Y a veces sucede, a veces no, pero la cuestión es que uno siempre anda en la búsqueda".