Las emociones frente a la realidad económica

Las emociones frente a la realidad económica

12 Marzo 2013

Néstor Rojas Mavares - Columnista de la agencia DPA

En estas horas, los venezolanos se preguntan si el gobernante interino Nicolás Maduro podrá sostener el multimillonario plan de asistencia social del fallecido líder bolivariano, quien manejó a discreción los ingresos del boom petrolero. La economía, sostenida en gran parte por las ventas de petróleo a Estados Unidos, ya estaba dando muestras de debilidad durante la enfermedad de Hugo Chávez, a pesar del crecimiento de 5,5 % del PBI en 2012. Pero, el gobierno ya admitió las dificultades cuando el 8 de febrero devaluó la moneda, el bolívar, cuyo cambio oficial pasó de 4,30 a 6,30 por dólar.

El Banco Central anunció que la inflación de febrero fue de 1,6 %, que sumada a la de enero señala una tasa acumulada de 5,0 % en el primer bimestre. El índice de escasez de productos, que se mide desde 2009 y ha tenido una tasa promedio de 5 %, desde diciembre ronda el 20 %. Entre la inflación y la escasez de bienes, la devaluación fue detonante para el mal humor, aunque los analistas señalan que por estos días la emoción por la muerte de Chávez desvía la atención del tema. Durante 14 años en el poder, Chávez manejó los ingresos petroleros para sostener programas sociales, subsidios, compañías estatales para distribución de alimentos, de construcción de viviendas totalmente equipadas casi regaladas. Por la ola de expropiaciones lanzadas en 2007 el Estado se hizo cargo de empresas que aumentaron a cifras nunca vistas la nómina de trabajadores del sector público. Y aplicó desde 2002 una serie de controles de precios y de cambio que han comenzado a mostrar debilidad por su impacto en el sector productivo y la corrupción.

El ambiente internacional, favorable al fortalecimiento de los precios petroleros, acompañó a Chávez, que acordó en la Organización de Países Exportadores de Petróleo una política en defensa de lo que se llama un "precio justo" los U$S 100. Sólo en 2012, el país recibió más de U$S 85.000 millones en sus ingresos petroleros, pero se estima que tuvo que importar más de U$S 50.000 millones para mantener abastecido el mercado interno. Maduro, un líder obrero con formación marxista juró el viernes "defender y proteger" al pueblo, pues fue una "orden" en vida del comandante. Sin embargo, él no es Chávez, quien aplicó en el poder un modelo personalista e inflexible de su formación militar. El ex director del Banco Central y decano de la Facultad de Economía de la Universidad Central de Venezuela, José Guerra, sugirió que el gobierno de Chávez gastaba al año más de U$S 5.000 millones en programas de asistencia social y que ese "populismo" continuará en los próximos meses.

"El asistencialismo va a continuar, quizás en menor escala; pero viene el proceso electoral que hará que cualquier ajuste se prolongue en el tiempo", dijo. Guerra señaló que el mayor subsidio que se reparte es el de la gasolina, ya que en Venezuela es la más barata del mundo. Con un dólar se puede llenar un tanque. "El subsidio es de U$S 15.000 millones anuales y agrego que las ayudas a países amigos como Cuba, Bolivia y Nicaragua comprende unos U$S 3.500 millones al año", dijo. "La popularidad del gobierno había comenzado a afectarse por la devaluación, el desabastecimiento y la inflación. Las emociones cubren ese tema 'por ahora", advirtió el analista Luis Vicente León.

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