Por Tomás Gray
09 Marzo 2013
EN UNIVERSITARIO. Carlos "Cabrita" Zacher defendiendo los colores de su club.
Se cumplen dos años de la partida de Carlos “Cabrita” Zacher, ex jugador de Universitario, ocurrida el 10 de marzo de 2011, cuando tenía 21 años y todo un futuro por delante. Estudiante de Arquitectura y con una experiencia en el rugby de Portugal, Carlitos estaba en la plenitud de su vida y con mucho camino por recorrer. El destino quiso que su andar por esta vida se truncara, por un absurdo accidente del que hoy, aún, sus familiares y amigos esperan respuestas. Aunque las obtengan, tampoco serán suficientes, “Cabrita” ya no está. Aunque seguirá siempre presente en el corazón de sus familiares y amigos, corazones que supo conquistar con su simpleza y alegría, y con su actitud generosa siempre dispuesto a dar una mano.
Carlitos jugó desde los 4 años en Universitario, llevado por Carlos, su padre, también con un pasado en las “serpientes”.
Pasaron dos años sin “Cabrita”. Igual, sigue presente. Su recuerdo y el cariño continúan intactos. Sus bromas aún resuenan en cada rincón de su casa. Y en el club, su figura siempre está en cada cancha que jugó.
Testimonios sobre "Cabrita"
“La clase de Carlos es la 89, un grupo increíble, lleno de buenas personas y grandes logros deportivos. Se lo extraña mucho”. (Carlos Zacher, su padre, al recordar los buenos momentos compartidos con su hijo y sus amigos).
“Carlitos era un apasionado, un amante de su club y de sus amigos. Podía salir y volver desvelado que sin dormir, lo mismo armaba su bolso y partía lleno de felicidad a su club, su segunda casa, como me decía”. (Paula de Zacher, su madre).
“Se lo extraña, en la casa y en el club. Aprendí mucho de él, y sus enseñanzas y bromas nunca las voy a olvidar”. (Francisco Zacher, su hermano menor, también jugador de rugby, quien lleva a "Cabrita" tatuado en su espalda).
“Mi hermano tenía pasión por sus amigos. Era capaz de dar su vida por ellos. Mi casa siempre estuvo abierta a su amigos y a él le gustaba ayudar a cualquiera que tenía un problema. Sus amigos sabían que podían contar con él”. (Paula Zacher, su hermana).
“Hay que aceptar que cumpliste tu misión a pesar de tu corta edad, que decidiste ser vos antes que tus amigos. Porque así fuiste siempre, leal con quienes querías, un amigo incondicional, un hermano de esos que muchos quieren tener como ídolo, un hijo que llenaba el alma y le ponía color a la vida, un compañero de aventuras, un campeón". (Coni Nardi, amiga)
“Hoy debo entender que sos tan único que tu misión ya fue cumplida. Dios te quiere en otro lugar para que disfruten de tu presencia haciéndolos reír, regalándoles hermosos y felices momentos. Guardo ese gran abrazo para mi bienvenida en el momento que me toque. Nos vemos hermano del alma, espérame donde sea”. (Emilio Valdez, amigo)
Carlitos jugó desde los 4 años en Universitario, llevado por Carlos, su padre, también con un pasado en las “serpientes”.
Pasaron dos años sin “Cabrita”. Igual, sigue presente. Su recuerdo y el cariño continúan intactos. Sus bromas aún resuenan en cada rincón de su casa. Y en el club, su figura siempre está en cada cancha que jugó.
Testimonios sobre "Cabrita"
“La clase de Carlos es la 89, un grupo increíble, lleno de buenas personas y grandes logros deportivos. Se lo extraña mucho”. (Carlos Zacher, su padre, al recordar los buenos momentos compartidos con su hijo y sus amigos).
“Carlitos era un apasionado, un amante de su club y de sus amigos. Podía salir y volver desvelado que sin dormir, lo mismo armaba su bolso y partía lleno de felicidad a su club, su segunda casa, como me decía”. (Paula de Zacher, su madre).
“Se lo extraña, en la casa y en el club. Aprendí mucho de él, y sus enseñanzas y bromas nunca las voy a olvidar”. (Francisco Zacher, su hermano menor, también jugador de rugby, quien lleva a "Cabrita" tatuado en su espalda).
“Mi hermano tenía pasión por sus amigos. Era capaz de dar su vida por ellos. Mi casa siempre estuvo abierta a su amigos y a él le gustaba ayudar a cualquiera que tenía un problema. Sus amigos sabían que podían contar con él”. (Paula Zacher, su hermana).
“Hay que aceptar que cumpliste tu misión a pesar de tu corta edad, que decidiste ser vos antes que tus amigos. Porque así fuiste siempre, leal con quienes querías, un amigo incondicional, un hermano de esos que muchos quieren tener como ídolo, un hijo que llenaba el alma y le ponía color a la vida, un compañero de aventuras, un campeón". (Coni Nardi, amiga)
“Hoy debo entender que sos tan único que tu misión ya fue cumplida. Dios te quiere en otro lugar para que disfruten de tu presencia haciéndolos reír, regalándoles hermosos y felices momentos. Guardo ese gran abrazo para mi bienvenida en el momento que me toque. Nos vemos hermano del alma, espérame donde sea”. (Emilio Valdez, amigo)
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