Una mirada a los baños del parque

Una mirada a los baños del parque

Un lector reclamó en una carta (6/03) que los baños públicos del parque 9 de Julio están siempre clausurados con candados o bien cumplen la función de vestuarios o de depósitos de herramientas de los empleados de Parques y Jardines. Y plantea el problema de que la gente que va a caminar o a pasear y tiene una urgencia se enfrenta a la disyuntiva de tener que consumir algo en los bares para poder usar las instalaciones sanitarias, o bien suplicar que la dejen pasar, con el riesgo del rechazo por portación de cara.

El parque sí tiene un baño público usable, y muy bueno: el pequeño edificio redondo ubicado al sur de la Casa del Obispo Colombres, que está mantenido en forma impecable por los empleados a cargo de la casona. Eso sí, hay que pedir permiso y la llave, pero es un consuelo para el paseante urgido.

Hay otros cuatro baños redondos como ese. Están distribuidos estratégicamente, pero se los utiliza para otras cosas, como dijo el lector, o directamente están abandonados, depredados y convertidos en una ruina maloliente, como el que está ubicado al noreste del autódromo.

No parece difícil que los pongan en condiciones: basta un poco de preocupación, alguien que los limpie siempre y los cuide como si fueran los baños de su casa. Y si no, que los funcionarios les pregunten cómo hacen a los mismos empleados de la Casa del Obispo Colombres.

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