Los febriles preparativos

Los febriles preparativos

El ejército listo para marchar a Salta

ÁLVAREZ DE ARENALES. Belgrano valoraba en alto grado su incorporación, en diciembre de 1812. LA GACETA / ARCHIVO ÁLVAREZ DE ARENALES. Belgrano valoraba en alto grado su incorporación, en diciembre de 1812. LA GACETA / ARCHIVO
Al iniciarse el mes de diciembre de 1812, el general Manuel Belgrano, en Tucumán, ultimaba los preparativos para mover todo el Ejército del Norte rumbo a Salta, para atacar a las fuerzas realistas de Pío Tristán que se encontraban en esa ciudad.

Una comunicación fechada el 10 de ese mes, dirigida al Triunvirato, le informaba "que se siguen los trabajos y preparativos para marchar con alguna confianza" sobre Tristán. Expresaba que "son variables las noticias que tengo del enemigo en Salta, y mucho más del interior, y como no hay unos datos calificativos de ellas, no les presto el mayor acierto". Explicaba que "sólo trato de ponerme en estado de asegurar el golpe, y poder continuar las ventajas si, como me prometo, las conseguimos".

Le informaba que "la escasez de artesanos y de los materiales provistos me retardan el armamento, así en los fusiles como en la artillería". En este último tema, necesitaba "la habilitación de los dos obuses con su dotación competente de granadas". Se trabajaba "constantemente para conseguirla, siéndonos sumamente interesante esta arma".

Asimismo, decía, "se sigue en la enseñanza de los reclutas, y en adiestrar cuanto es posible a la tropa, para que dé vías de gloria a la patria, imponiendo el respeto conveniente a nuestros enemigos". En otro correo del mismo día, informaba complacido que había llegado a Tucumán "el benemérito patriota don Juan Antonio Álvarez de Arenales, después de haber pasado los mayores riesgos para libertarse de la persecución de sus enemigos". Entendía que los "distinguidos servicios" de este europeo patriota lo hacían acreedor a toda clase de atenciones.

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