La mujer asesinada por su marido estaba por donarle un órgano a uno de sus cinco hijos

La mujer asesinada por su marido estaba por donarle un órgano a uno de sus cinco hijos

Al macabro final del crimen en Las Talitas, ayer LA GACETA pudo constatar que la víctima había realizado los trámites en Buenos Aires. La investigación de los dos casos, ocurridos en Las Talitas y en Lules, está a cargo del fiscal López Ávila, que buscará descartar la participación de terceros

A LA MORGUE. El cordón policial delimitó el trabajo de los peritos que retiraron los cuerpos de Berta Beatriz Añazgo y de su marido Juan Ávila. GENTILEZA DE LUIS ALBERTO MANSILLA A LA MORGUE. El cordón policial delimitó el trabajo de los peritos que retiraron los cuerpos de Berta Beatriz Añazgo y de su marido Juan Ávila. GENTILEZA DE LUIS ALBERTO MANSILLA
30 Noviembre 2012
Berta Beatriz Añazgo acababa de regresar de Buenos Aires cuando su marido la asesinó a puñaladas, el miércoles a la siesta. La mujer de 33 años había estado casi un mes en esa provincia, adonde viajó con tres de sus cinco hijos, por motivos de salud.

"Al parecer, el hombre le recriminó que haya estado tanto tiempo afuera y terminó matándola", reveló a LA GACETA una fuente relacionada con la investigación. Pero el motivo de su demora -agregó- eran los incontables estudios médicos a los que debían someterse tanto ella como uno de sus hijos, a quien estaba por donarle un órgano.

Sin embargo, la trágica siesta del 28 de noviembre Juan Ávila (57) se enfureció, tomó un cuchillo de carnicero, la apuñaló hasta matarla y luego se suicidó, colgándose en un árbol del patio de la casa que compartían en las afueras de Las Talitas.

Los dos menores que estaban en la vivienda presenciaron el sangriento hecho. Un niño de siete años que está en silla de ruedas y su hermana de 14, que trató de intervenir para evitar que mataran a su mamá y por eso resultó herida en sus manos. Fue ella también quien corrió hacia la casa de sus vecinos y llamó a la Policía, pero ya era tarde. El crimen y el suicidio estaban consumados.

Reproche de infidelidad

Fuentes judiciales comentaron que en el caso que ocurrió en la madrugada del miércoles en Lules, cuando Javier Ramón Olivera asesinó a su hija Ayelén (de seis años) y se quitó la vida, se habría originado por un reproche de infidelidad del hombre hacia su pareja, Cinthia López.

"¿Por qué tuvo que desquitarse con ella?", repetía López en la casa de San Juan 276, donde encontraron los cuerpos. Los testigos coincidieron en que la mujer y Olivera discutieron porque él le reprochaba una supuesta relación paralela. Al parecer, no era la primera vez que peleaban.

López se fue a la casa de su suegra y cuando regresó encontró las puertas cerradas, por lo que pidió ayuda. Al forzar la entrada, encontraron la trágica escena. La mujer aún no declaró, por el shock emocional en el que se encuentra, dijeron fuentes de la investigación.

El fiscal Diego López Ávila, a cargo de la investigación de ambos hechos, buscará a través de los testimonios y de las pericias descartar la participación de terceros, y luego archivaría la causa.

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