Un toque inglés en el corazón de Tafí Viejo

Un toque inglés en el corazón de Tafí Viejo

El chalet Lagomarcino-Rodríguez fue construido a pedido del jefe de los talleres ferroviarios en 1907. Nunca lo habitó, por lo que la familia Rodríguez lo adquirió cerca de 1910. Detalles de hierro forjado y pisos de pinotea.

TAFÍ VIEJO. Un chalet que hace gala del estilo inglés y ferroviario.  LA GACETA / FOTOS DE ANALIA JARAMILLO  TAFÍ VIEJO. Un chalet que hace gala del estilo inglés y ferroviario. LA GACETA / FOTOS DE ANALIA JARAMILLO
30 Noviembre 2012
Cuando los rieles llegaron a Tafí Viejo, el espíritu de aquella villa veraniega cambió por completo. La población creció aceleradamente y a ese pueblo silencioso se mudaron el traqueteo del ferrocarril y el ruido metálico de los talleres.

En 1907 el jefe de los talleres mandó a construir una propiedad con la intención de habitarla. Pero al finalizar la obra lo trasladaron a otra provincia y tuvo que venderla. "Fue en esos años que la compraron mis padres", comenta Roberto Rodríguez, quien creció allí y ahora vive con su esposa y tres de sus cinco hijos.

El chalet Lagomarcino-Rodríguez, como se lo conoce, es un típico exponente de la arquitectura ferrocarrilera inglesa. Ocupa una manzana de forma trapezoidal que está ubicada sobre el Camino del Perú, justo frente a la plazoleta de la Madre. La rodean las calles Sarmiento, Moreno y Monteagudo.

La mayoría de los espacios se distribuyen en la planta baja, mientras que el remate superior es un altillo en el que antes funcionaba una habitación principal.

Llaman la atención las delgadas columnas de hierro fundido que auspician la entrada de la casa. "Quizás fueron fabricados en los mismos talleres ferroviarios", expresó su propietario. Otros elementos vistosos son el imponente portón de hierro y las rejas de las ventanas. Además, el remate del techo superior.

Actualmente, el interior de la vivienda está siendo refuncionalizado. Solo contaba con un baño en suite y otro con entrada por el exterior.

Los pisos de toda la casa eran de listones de pinotea. En algunos sectores tuvieron que ser reemplazados por baldosas. "Esa pinotea fue traída de Europa porque aquí no se conseguía", recuerda Roberto.

Los muros son de ladrillo visto y en cada esquina tiene un terminado en almohadillado que simula pilastras. Los techos eran de chapas y tejas, que en algunos sitios se siguen conservando.

El ingreso está flanqueado por palmeras y en el medio se encuentra una fuente construida con piedras. En los jardines hay árboles frutales y una zona con cañas tacuara, donde antes también había un pequeño estanque con patos.

Esta vivienda integra el inventario del patrimonio de la provincia, realizado por la facultad de Arquitectura y por organismos nacionales.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios