En Colombia aprendieron a no tirar papeles en la calle

En Colombia aprendieron a no tirar papeles en la calle

Alumnos de 5° año hicieron un viaje de intercambio inolvidable. También pudieron valorar que la educación sea gratuita en Argentina.

JUNTOS. El grupo de alumnos y docentes durante una de las visitas a instituciones de Caquetá, donde se cuida mucho el medio ambiente. GENTILEZA MIRTA LUZ PACHECO JUNTOS. El grupo de alumnos y docentes durante una de las visitas a instituciones de Caquetá, donde se cuida mucho el medio ambiente. GENTILEZA MIRTA LUZ PACHECO
09 Noviembre 2012

"Lo mejor fue la gente. Son muy solidarios, muy amables, muy sociables",arranca Florencia Roldán. "Y cómo cuidan el ambiente... Nosotros aprendimos a guardar los papelitos en vez de tirarlos al piso y después arrojarlos al cesto", suma Daniela Roldán. "Y en todos lados tienen tres basureros, para clasificar la basura", detalla Marco Fouad Abboud. "Pero también hemos aprendido a valorar la libertad que tenemos nosotros aquí, en la Argentina", aclara Federico Herrera. "Allá después de las 10 de la noche nadie sale de la casa", especifica María Ocaranza. "De todos modos, Colombia no es lo que nos muestran en la televisión. Si tenés cuidado no hay tanto peligro", enfatiza Alvaro Hernández


Ellos forman parte del grupo de 21 alumnos de 5° año del Instituto San José, de Bella Vista, que viajó en octubre a Caquetá, departamento del sudeste de Colombia. Allí convivieron durante tres semanas con alumnos de su mismo curso de la Escuela Normal Superior, de Florencia, capital de Caquetá.

Los chicos volvieron llenos de experiencia. "También pudimos valorar el hecho de que en nuestro país la educación es gratuita. Allá tienen que pagar la escuela secundaria y la universidad, y les cuesta mucho", reflexionaron Joaquín Juárez, Lucas Jiménez y Lucía Álvarez.

"También vimos que en lo que hace a salud, nosotros estamos más avanzados. Allá solo los que tienen plata pueden acceder a una buena atención", contaron Lucas Gamboa, Daniel Roldán y Agostina Ledesma. "Y no tienen aire acondicionado ni ventiladores en las escuelas, porque la energía eléctrica es muy cara", relató asombrada Andrea Roldán. "Pero el aire que se respira es más puro. Tal vez porque allá llueve más seguido y no se acumula polvo en el ambiente", suspiró nostálgico Miguel Ángel Barros.

Con todo, la pasaron muy bien. "Como fuimos los primeros estudiantes que respondimos a su invitación de visitarlos, nos recibieron como si fuéramos grandes personajes", comentó Luis Décima. "Hasta nos pedían autógrafos", acotó Jonathan Salazar. "A mí me pasó que íbamos caminando por la calle, y unas chicas decían 'mirá, ahí va Rodrigo'", contó entusiasmado Rodrigo Villalba, el bailarín de folclore del grupo.

Para estos chicos, que van a un colegio parroquial como el San José, conseguir el dinero para el viaje fue un gran esfuerzo. "Vendíamos panchitos todos los domingos, y pastafrolas y otros dulces", recordaron Lucas Marín y Mariano y Jorge Corbalán. "Pero los amigos y nuestros padres nos ayudaron también", destacaron Leonardo Paz y Gabriel Pérez.

Todos definieron la experiencia como inolvidable y expresaron que no tenían ganas de volver. La representante legal del Instituto, Mirta Luz Pacheco, destacó: "estos viajes contribuyen a la formación de los alumnos, porque pueden ver con sus propios ojos lo que estudiaron en los libros". "Como este proyecto continúa, los chicos se comunican entre sí por medio de skype y se están preparando para recibir a sus amigos colombianos en septiembre del año próximo", informó el profesor César Carlosiano, responsable del proyecto.

"Pensamos hacerlos conocer todo, especialmente los Valles... ¡y también los boliches!", anticiparon los chicos.

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