04 Noviembre 2012
PARA AMPLIAR. Al lado del módulo principal se está montando uno nuevo. LA GACETA / FOTO DE ANALIA JARAMILLO
"Las obras aseguran un manejo ordenado de los residuos". El compromiso del presidente del consorcio público metropolitano para la gestión integral de residuos, Pablo Kunik, se dio al borde de lo que presentó como uno de los avances más significativos en la planta de disposición final de Overo Pozo, ubicada en Monte Redondo, a 45 kilómetros de la capital.
El organismo intermunicipal que comenzó a funcionar hace poco menos de un año concluyó el armado del módulo donde se dispondrán los residuos que producen los habitantes de las ciudades que lo conforman (capital, Yerba Buena, Tafí Viejo, Las Talitas, Banda del Río Salí, Alderetes) y de las comunas adherentes (El Manantial, San Pablo, Villa Nougués, San Javier y Cevil Redondo).
"La obra ejecutada es muy relevante porque permite un manejo racional de una importante magnitud de residuos. La etapa de la disposición final es la más crítica dentro de la gestión, por lo que se ha asumido con la máxima seriedad y rigurosidad el diseño y el control", explicó el funcionario a LA GACETA.
En el predio, la última etapa del circuito de la basura (recolección, selección, transferencia, transporte y disposición final) se concreta mediante la metodología de relleno sanitario. El módulo es una excavación que está subdividida en cinco celdas, separadas entre sí para permitir el trabajo individual en cada una de ellas. "Se excava mediante movimiento de suelos, luego se impermeabiliza mediante una membrana de alta densidad. Es la primera vez que se usa una tan gruesa en el Norte del país, que excede los requerimientos ambientales actuales", destacó. Precisó que ese paño costó casi $ 2 millones. Mientras, que el resto de la obra demandó más de $ 5 millones.
Al costado del trabajo terminado, el consorcio avanza en la construcción de otro módulo idéntico.
Kunik afirmó que la capacidad de la planta dependerá del grado de compactación y distribución de la basura. Añadió, sin embargo, que el predio cuenta con casi 100 hectáreas, y que sólo se está empleando un tercio actualmente. "Tenemos para muchos años, hay una capacidad enorme de recepción", proyectó.
Las autoridades esperan la inminente inauguración de la planta de San Felipe, donde se recibirán, separarán y desde donde se transferirán los residuos próximamente. Una vez activa, reemplazará a Pacará Pintado.
"El tema de la basura se debe trabajar con un criterio de progresividad. No se pasará de la sociedad actual a una con mayor experiencia rápidamente. Lo importante es que el sistema funcione cada vez mejor y la idea es avanzar en la separación domiciliaria. La gestión es responsabilidad de todos", concluyó.
El organismo intermunicipal que comenzó a funcionar hace poco menos de un año concluyó el armado del módulo donde se dispondrán los residuos que producen los habitantes de las ciudades que lo conforman (capital, Yerba Buena, Tafí Viejo, Las Talitas, Banda del Río Salí, Alderetes) y de las comunas adherentes (El Manantial, San Pablo, Villa Nougués, San Javier y Cevil Redondo).
"La obra ejecutada es muy relevante porque permite un manejo racional de una importante magnitud de residuos. La etapa de la disposición final es la más crítica dentro de la gestión, por lo que se ha asumido con la máxima seriedad y rigurosidad el diseño y el control", explicó el funcionario a LA GACETA.
En el predio, la última etapa del circuito de la basura (recolección, selección, transferencia, transporte y disposición final) se concreta mediante la metodología de relleno sanitario. El módulo es una excavación que está subdividida en cinco celdas, separadas entre sí para permitir el trabajo individual en cada una de ellas. "Se excava mediante movimiento de suelos, luego se impermeabiliza mediante una membrana de alta densidad. Es la primera vez que se usa una tan gruesa en el Norte del país, que excede los requerimientos ambientales actuales", destacó. Precisó que ese paño costó casi $ 2 millones. Mientras, que el resto de la obra demandó más de $ 5 millones.
Al costado del trabajo terminado, el consorcio avanza en la construcción de otro módulo idéntico.
Kunik afirmó que la capacidad de la planta dependerá del grado de compactación y distribución de la basura. Añadió, sin embargo, que el predio cuenta con casi 100 hectáreas, y que sólo se está empleando un tercio actualmente. "Tenemos para muchos años, hay una capacidad enorme de recepción", proyectó.
Las autoridades esperan la inminente inauguración de la planta de San Felipe, donde se recibirán, separarán y desde donde se transferirán los residuos próximamente. Una vez activa, reemplazará a Pacará Pintado.
"El tema de la basura se debe trabajar con un criterio de progresividad. No se pasará de la sociedad actual a una con mayor experiencia rápidamente. Lo importante es que el sistema funcione cada vez mejor y la idea es avanzar en la separación domiciliaria. La gestión es responsabilidad de todos", concluyó.
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