El mandamiento más importante: amar a Dios y al prójimo

El mandamiento más importante: amar a Dios y al prójimo

Por Presbítero Jorge Gandur

04 Noviembre 2012
"Amar a Dios y al prójimo es el mandamiento más grande" (cfr. Mc 12, 28-34). Con relación a los mandamientos de Dios, existen dos tendencias: una es la de ver solo el aspecto negativo; la otra, a invertir los mandatos.

Muchos se centran en la ley de Dios en su aspecto negativo: no matarás, no robarás, no tomarás el nombre de Dios en vano. Pocos se centran en lo positivo, y lo más importante de todo, lo más positivo de todo, el mandato del amor: "Amar a Dios y al prójimo es el mandamiento más grande". Este amor a Dios y al prójimo comprende desde la contemplación mística más ardiente hasta el amor humano más humano, como el de una madre por su hijo recién nacido.

El amor a Dios y al prójimo es un amor divino y humano, y en este aspecto positivo está el cumplimiento de la ley, no en simplemente evitar los aspectos negativos, como el no matar.

La otra tendencia con relación a los mandamientos es el invertir el orden en cuanto a su importancia: se colocan otros mandamientos en primer lugar, desplazando al que Jesús dice que es el primero.

Se piensa que los otros mandamientos son más importantes, se invierte el orden y se da prioridad a otros mandamientos por encima del primero. Pero Jesús es explícito: el mandamiento más importante no es ni el tercero, ni el sexto, ni el noveno, sino el primero: "Amar a Dios y al prójimo es el mandamiento más grande".

Además, este mandamiento vale más que todos los holocaustos y sacrificios, lo dice el mismo Jesús, y así es: ¿de qué vale la virtud de la justicia, el ser implacable para sí y para los demás, si se deja de lado la caridad y la misericordia? Una justicia así vivida, exigida para sí y para los demás, se convierte, paradójicamente, en injusticia, porque no tarda en caer en la injusticia quien por vivir la virtud de la justicia se olvida de la misericordia, de la compasión y de la caridad.

Esto hace que quien quiera vivir, por ejemplo, la virtud de la justicia olvidándose de la misericordia, convierta en una carga intolerable e inhumana la pretendida justicia, y así pasa con los demás mandamientos, cualesquiera que estos sean, cuando no hay caridad.

¿Cuál es el mandamiento más importante? Jesús es muy claro y no deja lugar a dudas: "Amar a Dios y al prójimo es el mandamiento más grande, y vale más que todos los sacrificios y holocaustos juntos".

Reflexionemos
Como para cumplir este mandamiento se necesita un amor humano y divino, el Hombre-Dios nos dona el amor de su Sagrado Corazón Eucarístico, que está envuelto en las llamas del Amor de Dios, el Espíritu Santo, para incendiar nuestro corazón en ese fuego divino, para que sea quemado como holocausto en el amor a Dios y al prójimo.

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