"Sentirás una paz inmensa"
EL POZO DEL SANTO. Aquí San Francisco Solano hizo brotar agua con su bastón. El manantial nunca se secó. EL POZO DEL SANTO. Aquí San Francisco Solano hizo brotar agua con su bastón. El manantial nunca se secó.
30 Octubre 2012
El Pozo del Pescado es un lugar maravilloso. Para llegar hasta allí los visitantes deben recorrer seis kilómetros al Norte, desde la entrada de la ciudad de Trancas. Después andar un kilómetro se pasará por el pueblo de la Villa Vieja, donde se realiza todos los años la fiesta de San Francisco Solano. Antes de llegar al lugar, los fieles se encontrarán con un cartel que les indicará dónde entrar: deben doblar hacia la izquierda, abrir el portón y caminar 500 metros hasta llegar a la capilla con la imagen del santo y al costado se encuentra el Pozo.
Las personas van a ese lugar para cumplir promesas o para rezar y sentirse desahogadas y amigas con ellas mismas.
Cuando empezamos a caminar desde el portón hasta la capilla se siente un aire puro que te relaja y te calma. Ver ese lugar tan grande, maravilloso y verde ¡te alegra el día!
Al tocar el agua bendita que sale por la vertiente milagrosa se siente como si uno estuviera tocando algo hermoso y te invade una sensación de paz inmensa. Seguro que te olvidarás de todos los problemas y disfrutarás de ese momento al máximo.
Después hay que sentarse a rezar un poquito en la capilla donde se encuentra la imagen de San Francisco Solano. Allí, al gozar de esa experiencia, te librarás de todas las presiones. Inclusive, después, al recordar ese día tan mágico que pasaste ahí vas a querer regresar muy seguido.
Ese espacio verde está cuidado por personas que lo mantienen limpio y en muy buen estado, para cuando lo quieran visitar. Quienes lo visitan lo hacen casi siempre los fines de semana.
El día que más gente va es el domingo siguiente a la Semana Santa, que es cuando se realiza el gran festejo de San Francisco Solano en el pueblo de la Villa Vieja. Ese día los fieles realizan una procesión desde el templo de la Villa Vieja hasta la capilla del Pozo del Pescado. La procesión se realiza aproximadamente a las cuatro de la tarde. Al llegar a la capilla se oficia una misa y después las personas aprovechan para llevar agua bendita en botellas a sus hogares.
Cada una de esas almas que fueron buscando consuelo, cumplen una promesa y pueden desahogarse. Así vuelven contentas y con muchas esperanzas porque el momento que se vive allí es inolvidable e irremplazable.

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