Viven presos de una nube de polvo que los deja ciegos y los obliga a encerrarse

Viven presos de una nube de polvo que los deja ciegos y los obliga a encerrarse

Los vecinos del camino de la Zeta soportan a diario un polvaderal intenso e incesante. Casi todos han desarrollado alguna enfermedad pulmonar u ocular; o peor aún, perdieron la vista. Una ordenanza se aprobó el año pasado para iniciar las obras de pavimento, pero no pasó nada. Además, no incluye la zona en la que viven los bandeños más perjudicados. Más sorpresas: en Vialidad provincial la calle figura pavimentada.

UNA RUTA. El tránsito es constante, especialmente de camiones con acoplado y camionetas.  UNA RUTA. El tránsito es constante, especialmente de camiones con acoplado y camionetas.
19 Octubre 2012
Imaginá por un segundo que no te queda otra opción que vivir respirando una nube de polvo blanco que lo cubre todo. Intensa y asfixiante, no te permite ni siquiera abrir las ventanas de tu casa. Un polvillo que no se quita con una pasada de plumero o una esmerada barrida. Con el tiempo, ese polvo se mete en los pulmones y también te seca los lagrimales. Con suerte el cuerpo reacciona generando una alergia o algún problema respiratorio, pero en el peor de los casos puede dejarte ciego.

Esto es lo que padecen desde hace 25 años los vecinos de Lastenia que viven sobre el camino de la Zeta (o calle Balcarce, según a quien se le pregunte). Este camino tiene el tránsito de una ruta. Une la calle Tornquist, de Lastenia, con la ruta provincial 302. Son aproximadamente 1.700 metros. A los 400 metros lo cruza un canal y las vías del ex Ferrocarril Belgrano. La mayor parte de las casas se ubican en este tramo, antes del canal.

La polvareda constante que levantan los automóviles y camiones con acoplado -que no dejan de pasar ni un segundo- obliga a los vecinos a vivir encerrados. Son presos en sus propias casas. Ya hace tiempo que descartaron disfrutar de eso que es común en los barrios donde todos se conocen: tomar mate en la puerta y dejar que los chicos jueguen en la vereda. Graciela Ronveaux ya se olvidó de que no tiene ni gas natural ni cloacas. Le parece insignificante frente al drama de la tierra. Lo mismo le sucede a Estela Criado, quien debe cuidar a su madre, Tránsito Ávila: ella quedó ciega por culpa del polvo.

"La tierra le secaba los ojos y poco a poco fue perdiendo la visión. El oculista le confirmó que era por eso, pero no podíamos ir a ninguna parte", explica Estela. Ahora Tránsito necesita ayuda constante para moverse dentro de la casa.

Un par de metros más adelante vive Ana Rosales. Hace 25 días la operaron del ojo derecho para salvarla de la ceguera. Del ojo izquierdo ya no ve nada. ¿La causa? El polvo le hacía subir la presión ocular y además desarrolló cataratas. Hace 25 años que vive sobre la Zeta, casi media vida absorbiendo tierra como una aspiradora humana. "Me dijo el oculista que no voy a perder el otro ojo, que me quede tranquila", dice esperanzada.

Versiones cruzadas
Después de media hora de caminata y de charla con los vecinos en las veredas, los efectos del polvaredal comienzan a incomodar. La lapicera ya no se desliza por el anotador como al principio. Las manos se sienten ásperas y con un par de estornudos el cuerpo se defiende.

Ellos sienten la impotencia de no poder hacer más que regar un poco y llenar de reclamos los despachos de la Municipalidad de Banda del Río Salí. El año pasado creyeron que estaban más cerca del pavimento cuando se aprobó la ordenanza (N° 1.564/2011) que aprobó un desembolso de $ 248.814 para hacer un tramo del camino, desde la ruta 302 hasta las vías del ex Ferrocarril Belgrano.

Pero en este tramo no estaban incluidos ellos, ya que viven hacia el otro lado de las vías hasta llegar a la calle Tornquist. Pero lo mismo tenían esperanzas.

Según el intendente, Zacarías Khoder, el camino mide 3.000 metros y el pavimento de hormigón cuesta $ 6 millones (serían unos $ 1.660 el metro cúbico de hormigón). Pero los valores en el mercado, que confirmaron distintas fuentes, no superan los $ 540 el metro cubico. Más todavía cuando se trata de una ruta que está en uso y que no necesitaría movimiento de suelo. Además, según mediciones de Google Earth el camino solo tiene 1.700 metros.

"Yo soy el primero que quiere pavimentar ese camino. Además, cuando se inaugure el Hospital del Este esta ruta será muy útil", explicó el intendente. "Te juro por mi madre que soy el primer interesado -enfatizó Khoder-. Les dije que el año que viene lo voy a hacer. El Gobierno provincial me tiene que dar $ 15 millones para obras".

Khoder explicó que, en realidad, la pavimentación debería correr por cuenta de Vialidad provincial, debido a que es una ruta provincial. Lo curioso es que en los papeles que manejan en Vialidad figura como pavimentada desde hace varios años. Así lo confirmó su interventor, Raúl Basilio. Él afirma que las gestiones y los fondos deben salir del Gobierno -municipal o provincial-, pero no de ellos.

Frente a este panorama a los vecinos no les queda otra opción que suponer que se trata de una venganza. "Un par de veces no dijeron que a esta parte nunca la iban a pavimentar porque nosotros no lo votamos a Khoder", coincidieron.

Tránsito Ávila
Quedó ciega a causa de la tierra, que le fue secando los lagrimales.

Ana Rosales
Perdió la vista de un ojo y hace 25 días le operaron el otro para evitar la ceguera total.

Tamaño texto
Comentarios
NOTICIAS RELACIONADAS
Comentarios