"La sustentabilidad debería ser la primera prioridad en la agricultura argentina"

La potencialidad que tiene el campo argentino, junto al talento de los productores, la eficiencia productiva, el desarrollo de un trabajo más sustentable y la incorporación de valor agregado en las producciones, componen la fórmula sobre la que Argentina debería construir su futuro como productor de alimentos en el mundo. El desafío está. Los sectores público y privado deben dialogar más para lograr transmitir el conocimiento.

Esta es la línea de trabajo que propone Monsanto Latinoamérica Sur (LAS), planteada durante el "Seminario de etanol", que se desarrolló días pasados en Buenos Aires, del que participaron funcionarios, empresarios y académicos de Argentina y EEUU. El compromiso de la empresa es transformarse en el medio para transferir la información. Entre los asistentes se destacó la presencia de Lorenzo Basso, secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca; de Martha Schlicher, Vicepresidente de Biocombustibles de Monsanto Company (EEUU); de Javier de Urquiza, coordinador del Programa de Biocombustibles del Ministerio de Planificación Federal, y de los empresarios tucumanos Daniel Lucci y Pablo Lucci (Grupo Lucci).

"Argentina es uno de los países más eficientes del mundo en la producción de granos en general, y en particular de soja y de maíz, lo que la convierte en un socio estratégico para la producción de alimentos en el mundo", dijo en su presentación Bernardo Calvo, presidente de Monsanto Latinoamérica Sur. "La fortaleza de la Argentina descansa en la riqueza de sus campos y en la capacidad de los agricultores para incorporar las nuevas tecnologías. Ahora, se sumaron nuevos aspectos, como la sustentabilidad, el agregado de valor a la producción primaria y la coordinación público-privado", dijo. "La sustentabilidad debería ser la primera prioridad", planteó.

En Monsanto consideran que, para alimentar a la población mundial en los años venideros, será necesario duplicar la producción actual. "Estamos comprometidos en traer a la Argentina la moderna tecnología que desarrollamos, como así también las nuevas prácticas agronómicas, pero todo deberá apoyarse en la sustentabilidad", señaló. En este sentido, Calvo criticó "el retraso que tiene la Argentina en cuanto a la cantidad de grano de soja que se rota con maíz". "Rotar es un buen negocio. Tenemos unos 200.000 ensayos en campos argentinos. La soja después de maíz permite cosechar un 17% más de maíz; la soja después de maíz aumenta el rendimiento económico bruto. Por eso, estamos convencidos de que hay que apuntarle a la sustentabilidad". Otro aspecto a considerar es el "agregado de valor". "Esto es fundamental: tenemos campos fértiles y el conocimiento. Argentina debe adoptar esta visión. Por eso, el país debe apuntar a lograr la sustentabilidad de los sistemas agrícolas. Esto será necesario para que aumenta la superficie sembrada", evaluó Calvo.

Conclusiones
El cierre del seminario estuvo a cargo de Pablo Vaquero, vicepresidente de Monsanto Argentina y director de Asuntos Corporativo de Monsanto LAS. "Está claro que en la Argentina se pueden hacer negocios y muchas cosas a largo plazo. Monsanto trabaja hace 56 años en el país, construyendo y aportando tecnologías para el campo. El maíz es fundamental para hacer más sustentable la producción de soja. Esto posibilitará que haya más maíz y más soja, con lo que se agrandará el país. Monsanto está para ayudar al productor y al inversor".