Desprolijidades de las existencias ordenadas

Desprolijidades de las existencias ordenadas

HETERODOXO. Nacido en Egipto de padres italianos, Morábito adoptó la nacionalidad mexicana. TIEMPO.INFONEWS.COM HETERODOXO. Nacido en Egipto de padres italianos, Morábito adoptó la nacionalidad mexicana. TIEMPO.INFONEWS.COM
07 Octubre 2012

CUENTOS

LA VIDA ORDENADA

FABIO MORÁBITO

(Eterna cadencia -  Buenos Aires)

El título de este libro (con una ilustración de tapa que resulta muy acertada y expresiva) posee un doble sentido: por un lado, se refiere al prolijo orden del mobiliario de una casa -incluyendo lo que hay en un dormitorio, una cocina, un baño, etcétera- y, por otro, al propósito de que ello sea una extensión del mismo equilibrio que ostentan sus moradores. Y, en ese punto, se vuelve una aguda ironía porque la vida de aquéllos -en la cual husmea el lector, como un intruso indetectable- es desprolija, confusa, por momentos colmada de tensiones y hasta de aspectos potencialmente siniestros.

Los seis cuentos que componen este volumen de Fabio Morabito (poeta, narrador, novelista y ensayista nacido en Egipto, en 1955 y que, aún adolescente, emigró con sus padres italianos a México, nacionalidad que adoptó) se desarrollan exclusivamente en ambientes cerrados (casas o departamentos) en los que, en apariencia, no ocurre nada extraordinario, pero sí esta insinuada de modo subyacente y continuo la posibilidad de hechos capaces de hacer trizas toda rutina y toda precaria y pretendida estabilidad.

También el misterio o las claves de algo oscuro que intenta ser develado surgen en una simple conversación, en la que una palabra o el tono con que se la pronuncia alertan a alguno de los dialogantes sobre lo que se le está ocultando y que podría dar otro significado a una situación tan simple como la pregunta por un amigo común o la invitación a observar el apacible sueño de un niño.

Concepción singular
Estos escenarios interiores de edificios, además, están rodeados de sus similares situados arriba, abajo o a los lados, de los que llegan ruidos de objetos que se desplazan, otros difícilmente identificables o voces aisladas, todo lo cual genera una persistente conciencia de la ajenidad humana, de un mundo quizás parecido o absolutamente distinto, que está ahí, muros, techos o pisos de por medio. Tan cercano y, a la vez, impenetrable.

Con hábil y depurado estilo, Morabito estructura el relato desde una concepción muy singular respecto de la actual narrativa latinoamericana, aproximándose más bien a las particulares tramas con que el británico Harold Pinter renovó densamente el lenguaje teatral, partiendo de situaciones minúsculas que se van complejizando hasta la asfixia y sin inmiscuirse directamente en la configuración externa, como si las condiciones culturales o sociales pertenecieran a un universo cuya injerencia en la intimidad no alcanza a modificar su naturaleza esencial.

© LA GACETA
WALLY G. BOUILLON

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