Un mundial de letras jugado en un estadio hecho de cartas

Un mundial de letras jugado en un estadio hecho de cartas

Agudeza, profundidad y buen gusto para abordar una esférica pasión de multitudes.

UN ANTECEDENTE. Durante el Mundial de Sudáfrica 2010, el mexicano Juan Villoro y el argentino Martín Caparrós llevaron adelante el  CLARIN.COM UN ANTECEDENTE. Durante el Mundial de Sudáfrica 2010, el mexicano Juan Villoro y el argentino Martín Caparrós llevaron adelante el CLARIN.COM
30 Septiembre 2012

CARTAS

IDA Y VUELTA (UNA CORRESPONDENCIA SOBRE FÚTBOL)

MARTÍN CAPARRÓS Y JUAN VILLORO

(Seix Barral - Buenos Aires)

Entre otras cosas, Martín Caparrós y Juan Villoro comparten oficios, estéticas, prestigios, modos, afinidades, inquietudes, cronos biológicos. El argentino nació en 1957 y el mexicano en 1956. Y en tren de compartir, también comparten, con singular vigor, su fascinación por el fútbol, una adhesión a los sabores dignos de ser degustados y un afinado hábito de poner la lupa en sus complejidades. Son, para que sea simplificado de una vez, dos intelectuales notorios y notables que lejos de vivir su "futboleidad" (sic de Juan Sasturain) con timidez o franco pudor, la viven con alegría. En clave de Baruj Spinoza podría afirmarse que, en efecto, para Caparrós y Villoro el fútbol comporta una especie de pasión alegre. De allí el buen humor y el buen amor con que lo abordan. De allí, por añadidura, que durante el Mundial de Sudáfrica se abocaran a un intercambio epistolar que tuvo como eje las derivas de las selecciones de Argentina y México, en particular, y las derivas de la competencia en general.

De allí, asimismo, que de tal intercambio epistolar haya devenido un delicioso "tomala a vos, dámela a mí" en forma de libro (Ida y Vuelta: una correspondencia sobre fútbol), que Seix Barral puso en circulación para regocijo de los amantes del fútbol e, incluso para regocijo de los extrapartidarios. Para quienes, sencillamente, suscriban la idea de que el buen escribir es hermano de sangre del buen pensar; y que el buen pensar forma parte de la canasta básica de la propiedad colectiva del saber.

Caparrós y Villoro hablan mucho de fútbol, pero resulta que a veces no, y siempre, aun cuando la pelota no esté en juego, lo hacen con agudeza, con profundidad y con buen gusto.

Desde luego que si nos atenemos al fútbol, a las temáticas futboleras químicamente puras, no están exentos de proferir algunos disparates, pero incluso los disparates saben vestir el texto. Es que los formulan con tan refinada ocurrencia, con tamaña galanura, con pluma tan depurada, que hasta da pereza impugnarlos, interpelarlos, contradecirlos siquiera. Más bien dan ganas de seguirles el hilo y pedirles más. Más de todo. Más hallazgos (Caparrós: "El Mundial es una rara pausa democrática, igualitaria, en un deporte tan clasista"; Villoro: "Maradona ha decidido entrenar con abrazos"), más observaciones, más hipótesis, más referencias laterales, más menciones que vienen y no vienen al caso.

En nombre del fútbol y de los futboleros, en nombre del desusado género del intercambio epistolar, en nombre de los diálogos fecundos y en última instancia en nombre de los libros que merecen ser leídos, el autor de estas líneas recomienda Ida y Vuelta. Caparrós y Villoro no te dejan nunca en offside.

© LA GACETA
WALTER VARGAS

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