"Creo que la presión tributaria seguirá incrementándose"

"Creo que la presión tributaria seguirá incrementándose"

Según el experto, es fundamental encontrar un sano equilibrio entre las necesidades del Estado para recaudar más con el fin de financiar sus gastos y la capacidad contributiva de las personas. Las razones por las cuales debe reformularse el Monotributo.

PALABRA DE EXPERTO. Bertazza fue uno de los expositores del 21° Congreso Tributario que se realizó en el Colegio de Graduados en Ciencias Económicas. LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI PALABRA DE EXPERTO. Bertazza fue uno de los expositores del 21° Congreso Tributario que se realizó en el Colegio de Graduados en Ciencias Económicas. LA GACETA / FOTOS DE ANTONIO FERRONI
23 Septiembre 2012

Un combate entre David y Golliat. Eso es lo que más se asemeja la realidad impositiva argentina. Nada más que, en esta estoica batalla, el que va ganando es el que tiene más fuerza. Los argentinos observan que el Estado es más voraz que siempre a la hora de recaudar. La necesidad de contar con más fondos para financiar el gasto público es más fuerte que las posibilidades del contribuyente para afrontar todas sus obligaciones fiscales. Y, en ese aspecto, Humberto Bertazza considera que hay que encontrar un sano equilibrio entre esos dos temas en pugna. El experto, que dio una charla en el 21° Encuentro Tributario organizado por el Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán, observa la necesidad de respetar la capacidad contributiva ante el incesante incremento de la carga tributaria. Lo dijo en una charla que mantuvo con LA GACETA.

-¿Cuál es el escenario fiscal en la Argentina?

-Este fue el año de mayor presión fiscal. Los porcentajes están en niveles históricos, pero puede decirse que están en líneas con las tendencias globales, de países que tienen las mismas problemáticas que las nuestras. Y creo que en el futuro esa presión tributaria irá incrementándose.

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-Porque el gobierno necesita más dinero...

-Fundamentalmente. Necesita recaudar para hacer frente a sus erogaciones que son crecientes, más grandes. Y es allí donde digo que la gran discusión que se plantea es si este incremento de la carga de impuestos respeta el principio de la capacidad contributiva.

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-¿Cuál es el límite para eso?

-Nuestro país, como algunos otros, encuentra esos límites indirectamente en la Constitución, a través del derecho a la propiedad. La cuestión pasa por si es violentado por una presión tan elevada que superase la capacidad contributiva de la persona afectada. Sobre este tema, hay jurisprudencia reciente en la Corte Suprema en materia de Ganancias, con ajuste por inflación o Ganancia Mínima Presunta. La doctrina da vueltas sobre la confiscatoriedad o principio de propiedad. Cuando hablamos de ese principio, es necesario hacerlo caso por caso y es el contribuyente el que debe demostrar si hay confiscatoriedad, con una pericia o prueba.

-Muchas provincias han avanzado con reformas tributarias para recaudar más. ¿Cómo analiza esas conductas de los gobernadores?

-Puede decirse que la necesidad de recaudar fondos viene de todos lados. Lo mismo que sucede a nivel nacional se proyecta en el orden provincial y también municipal. La hacienda de los fiscos de esas jurisdicciones tienen serios problemas para financiar sus gastos. Una de las razones es la falta de una ley de coparticipación federal de impuestos acorde al momento. Ese es el punto de arranque. Pero, a eso se suma aquella necesidad de dinero extra que aludía. Es entonces cuando hablamos de la presión tributaria global, del problema que es para el contribuyente el cobro o superposición de impuestos y tasas sobre su patrimonio individual.

-¿Esto debe reformularse?

-Me parece que el tema es poder encontrar un sano equilibrio de dos temas en pugna: la necesidad de los gobiernos de tener más fondos para financiar sus gastos y las posibilidades que tiene el contribuyente. Hay distintos proyectos en estudio que tienden a ese objetivo.

-¿Qué sucede con los monotributistas?

-Cuando hablamos de monotributistas necesariamente tenemos que ubicarnos en el tiempo. Cuando se creó este régimen simplificado, era un instrumento positivo porque había muchos ciudadanos que estaban marginados totalmente y que no tenían ningún tipo de cobertura social y de salud. En su momento, el sistema dio contención a una franja de pequeños aportantes. Cumplió con su objetivo. Pero desde aquella época hasta ahora pasó mucha agua bajo el puente. Una de las cosas que se observó en ese período fue la aparición de lo que técnicamente se denomina enanismo fiscal. Es decir, gente que simula ser monotributista, con el fin de pagar una carga inferior de la que debería aportar. Hay una brecha importante de evasión y por eso la administración tributaria está tratando de ordenar y ubicar a ese tipo de contribuyentes. No es una tarea fácil. Estamos hablando de eso que no se ve, o de eso que se pierde de recaudar. Por eso es necesario reanalizar el régimen simplificado.

-¿Qué es lo que debe suceder con el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias?

-Es un problema serio que tenemos en nuestro sistema, la falta de adecuación de los no imponibles. Sobre este tema, uno de los primeros casos que se conoció fue el del juez federal de Mar del Plata, Alfredo López, que, en una sentencia ejemplar señala la falta de adecuación de los no imponibles, como sí se adecuaron otras cosas. Tal es el caso de las asignaciones familiares. Y esto hace que se produzca cierto efecto de una carga excesiva en materia tributaria para el contribuyente. Por eso, el magistrado dispuso la medida cautelar para que el actor no resulte afectado por el impuesto.

-¿Considera necesario avanzar sobre un impuesto al consumo?

-En general, en el mundo se ha llegado a la conclusión de que las exenciones en el IVA no son la solución. Por eso, muchos avanzan sobre una alícuota general para todos los productos y, en algunos casos, tener un mecanismo de devolución de impuestos para ciertos artículos considerados privilegiados. En alguna medida, esto es lo que sucede en la Argentina, con la devolución del 5% por compras con tarjetas de débito.

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