Un sacerdote reveló detalles de la niñez del cura acusado de violaciones

Un sacerdote reveló detalles de la niñez del cura acusado de violaciones

Contó que ambos sufrieron experiencias traumáticas en el pre-Seminario, cuando tenían entre 10 y 11 años. De dónde salió en informante.

EN TUCUMAN. El Obispo de Concepción, José María Rossi (centro) en una misa con el padre Justo Ilarraz (derecha), acusado de violar a más de 50 chicos. LA GACETA / ARCHIVO EN TUCUMAN. El Obispo de Concepción, José María Rossi (centro) en una misa con el padre Justo Ilarraz (derecha), acusado de violar a más de 50 chicos. LA GACETA / ARCHIVO
18 Septiembre 2012

El caso del sacerdote acusado de violar a más de 50 menores sigue candente. Un cura de la localidad entrerriana de Paraná contó -según publicó el sitio web de la revista "Análisis Digital"- que el padre Justo Joaquín Ilarraz, quien se desempeñó en la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, de Monteros, sufrió experiencias traumáticas cuando tenía entre 10 y 11 años. 

El religioso relató que las situaciones se produjeron en el Centro Mariápolis, institución que en la década del 60 funcionaba como pre-Seminario. "Pobre Justo. No pudo hacer nada con su herida. Yo lo superé y pude seguir por el buen camino", habría expresado, durante una charla que mantuvo con casi 100 sacerdotes de diferentes localidades entrerrianas y con las autoridades eclesíasticas lideradas por el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Puíggari, y por su antecesor, el actual cardenal Estanislao Esteban Karlic. Según "Análisis Digital", las palabras provocaron un silencio entre los presentes.

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Se defendieron
En la reunión, que se concretó el viernes en el Centro Mariápolis de Paraná, el primero en hablar fue Puíggari, quien marcó un panorama de su actuación cuando se conocieron las denuncias. "El Arzobispado de Paraná hizo lo que debía hacer, según las leyes de la Iglesia, y el cura Ilarraz fue desplazado de la Diócesis", habría manifestado el alto prelado, siempre de acuerdo a la publicación.

Además, sugirió que la información sobre las acusaciones de abuso a menores de entre 12 y 14 años surgieron del Pre-Seminario. "Salió desde acá; uno de los religiosos de este lugar fue quien contó lo que pasó", afirmó. A su turno, Monseñor Karlic intervino con una breve alocución en la que respaldó los dichos de Puíggari.

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En la década del 60, el Centro Mariápolis era una casa vieja, con curas y monjas, al que acudían niños de 10 y 11 años. Luego, continuaban sus estudios en el Seminario Menor de Paraná. La institución tenía un director, que dependía del arzobispo Adolfo Servando Tortolo, quien tenía buenas relaciones con el entonces presidente de facto, Juan Carlos Onganía.

El caso
Durante años, el caso se mantuvo oculto. Ilarraz llegó a Tucumán en 1995 y ejerció el sacerdocio durante los últimos siete años, en la iglesia del barrio Ñuñorco, en Monteros. Pero la confianza de los fieles de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús se hizo añicos la semana pasada, cuando se conoció que el cura fue denunciado ante las autoridades eclesiásticas de abusar de 50 niños de entre 12 y 14 años, que estudiaban en el Seminario de Paraná entre 1984 y 1992.

El periodista Daniel Enz, director de la revista "Análisis" de Entre Ríos, realizó una investigación y sacó a la luz el caso. Ilarraz había sido denunciado a principios de los 90 y el entonces arzobispo de Paraná (actualmente cardenal) Estanislao Karlic; y el actual arzobispo, Alberto Puíggari, recibieron las denuncias, pero no las trasladaron a la Justicia civil, sino que -luego de un juicio diocesano- Ilarraz viajó al Vaticano.

Los abusos denunciados hablan de al menos 50 víctimas, aunque se sospecha que podrían ser cerca de 80. En el Seminario de Paraná ingresaban niños que provenían, en su mayoría, de familias campesinas. Ilarraz era el encargado de recibirlos. Según la publicación, esta posición habría sido aprovechada por el sacerdote para abusar de los menores con la excusa de "contenerlos". A cambio de su silencio, les ofrecía privilegios, como golosinas y viajes al exterior, de acuerdo con lo que relataron las víctimas.

En 1993, según publicó la revista, se inició un juicio diocesano, donde declararon decenas de jóvenes que denunciaron abusos. Karlic y Puíggari, que en ese entonces era prefecto del Seminario Mayor, siguieron el caso. Ilarraz fue enviado al Vaticano por un año, donde escribió un trabajo sobre el futuro de los niños ("Los niños: nuevos misioneros para nuevos tiempos") y terminó su licenciatura en Misionología. Volvió al país en 1994, estuvo un año en Córdoba y luego fue destinado a esta provincia.

La investigación
Según la investigación de Enz, Justo Ilarraz tenía 32 años cuando se hizo cargo del Seminario Menor. La primera denuncia la realizó en 1992 un joven que se resistió al abuso. "De aquí en más irás todos los días a la Capilla a pedir perdón", le dijo el cura. Los curas Silvio Fariña y Alfonso Frank recibieron los numerosos testimonios de los abusos y cada uno de los jóvenes denunciantes firmó una declaración. LA GACETA ©

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