Por Roberto Delgado
17 Septiembre 2012
Bastenier, el maestro de periodistas, dejó repicando la sentencia de que la noticia fuerte, la del conflicto y que muestra lo que está mal es la que pega en la comunidad y más da que hablar. Lo cual es un problema para quienes sueñan informaciones optimistas.
Esa idea volvió a flotar ayer cuando se conversó sobre los temas del diario. Uno muy doloroso, como la muerte de otra víctima del accidente en la avenida Perón. Y otro asunto que desalienta, como el basural eterno junto a la avenida de Circunvalación.
Surgió el debate acerca de los problemas endémicos: unos culparon a los funcionarios, otros dijeron que son hábitos culturales.
Obviamente, no se llegó a una conclusión y quedó la frustración de que gana el pesimismo.
Somos así. Pero, como Unamuno, creemos que eso no tiene por qué ser justo y que la mala noticia sirve para reaccionar y no darse por vencido.
Esa idea volvió a flotar ayer cuando se conversó sobre los temas del diario. Uno muy doloroso, como la muerte de otra víctima del accidente en la avenida Perón. Y otro asunto que desalienta, como el basural eterno junto a la avenida de Circunvalación.
Surgió el debate acerca de los problemas endémicos: unos culparon a los funcionarios, otros dijeron que son hábitos culturales.
Obviamente, no se llegó a una conclusión y quedó la frustración de que gana el pesimismo.
Somos así. Pero, como Unamuno, creemos que eso no tiene por qué ser justo y que la mala noticia sirve para reaccionar y no darse por vencido.