La maquinita de la pobreza

La maquinita de la pobreza

A mayor cantidad de moneda en circulación, más inflación y depreciación del peso. Así, se deberá acelerar el ajuste en el tipo de cambio

BUENOS AIRES.- Las cuentas públicas continúan deteriorándose a la par de que se acelera la inflación. Está escrito: mientras el gasto público no disminuya y continúe financiándose con emisión monetaria, el Gobierno no tendrá otra opción más que echar mano una y otra vez a la imprenta de la Casa de la Moneda o su expropiada Ciccone. El gasto crece a un ritmo de 40% anual y la recaudación lo hace a 25%. En tanto, el bache fiscal se torna cada vez más amplio y sólo se podrá compensar con la afectación de los recursos de la AFIP, la Anses y el Banco Central. Las necesidades del Tesoro están socavando la solvencia de la autoridad monetaria, cuyo patrimonio está a punto de desaparecer si es que se contabilizan todas las letras que el Tesoro le gira.

Los adelantos transitorios al Gobierno central suman $ 90.000 millones, en lo que va de 2012 y podrían alcanzar los $ 150.000 millones hacia fin de año. Con la modificación de la Carta Orgánica, la expansión monetaria va acompañando el ritmo de crecimiento del gasto público y alimentando así la inflación y la preferencia del público por dolarizar sus portafolios.

Por caso, el dólar negro aumentó 35% en 2012, lo cual muestra la cobertura tomada. Una proporción similar existe como brecha entre el marginal y el dólar oficial.

Mientras el Gobierno siga acelerando la maquinita de hacer billetes, los agentes económicos seguirán comprando dólares en el mercado del color que se quiera abordar. Y mientras siga tomando recursos del BCRA, más contribuirá a derrumbarlo. En los hechos, el Gobierno aceleró el ritmo de ajuste en el tipo de cambio oficial. A la fecha, la administración Kirchner corrigió la paridad peso-dólar en 8% durante el año, la misma magnitud que el ajuste practicado en todo el ejercicio 2011.

Pero, ¿cuál es el peligro? A medida que se expanden los agregados monetarios en pesos, el BCRA debe esterilizar parte de esos excedentes con la emisión de deuda -Lebac- que coloca entre los bancos. Estos se ven obligados a tomar esas Lebac con los únicos recursos que poseen: los depósitos de los ahorristas. La salvaguarda de los ahorros de miles de argentinos tienen como respaldo esas Letras ¿Cómo va a hacer para pagarlas el BCRA si tiene patrimonio neto negativo? ¿Qué pasará con los depósitos de la gente? Pero hay más. A mayor cantidad de moneda en circulación, más inflación y depreciación del peso, más se deberá acelerar el ajuste en el tipo de cambio. Para que la ilusión se mantenga, la maquinita no debe dejar de funcionar, para crear la ficción de desborde monetario.

Con una abultada y ficticia liquidez, las entidades tampoco arriesgan a dar mayor financiación al sector productivo, por la falta de interés o la insuficiente calidad de los posibles tomadores. A pesar del incentivo y de las apretadas oficiales para que lo hagan antes de fin de año, los bancos tienen que rechazar las solicitudes de muchas PyME porque no pueden presentar la carpeta en orden, la más de las veces por tener deudas fiscales. Este ítem revela dos cosas más: primero, que la presión fiscal es asfixiante y que las PyME continúan financiándose con el Fisco a la espera de una nueva moratoria o plan de facilidades de pago.

El aumento de la presión fiscal vía ajustes de alícuotas en todas las provincias y en la Nación con la suspensión de beneficios, deja al sector productivo desarmado para encarar nuevas inversiones y con más problemas para sostener los niveles de empleo.

El desborde del gasto público no puede constituir una política de Estado y la emisión monetaria no puede usarse como paliativo porque genera más y más inflación y amplía los niveles de pobreza.

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