06 Septiembre 2012
La pérdida del hábito de la lectura es una de las preocupaciones en la educación de los niños y jóvenes. Desde el desarrollo de la escritura, el ser humano ha sentido la necesidad de escribir y leer para comunicarse con los demás y para enriquecerse espiritualmente. En últimas décadas, la televisión, la computadora y sus variantes (netbooks, tablets, etcétera) y la telefonía móvil han influido notablemente en la creación de nuevos códigos de comunicación que han alterado desde el lenguaje hasta el modo de leer. Pese a ello, sagas como las de Harry Potter o Crepúsculo, que han contado con una gran difusión publicitaria, tanto de la industria editorial como de la cinematográfica, han logrado atrapar a millones de chicos.
Es una realidad que los niños y adolescentes, que están permanentemente bombardeados por medios audiovisuales, leen mucho menos que en otras épocas. Pero al mismo tiempo, hay programas, concursos que tienen por objetivo lograr la recuperación de este saludable hábito. Un ejemplo es la Maratón Nacional de Lectura, organizada por la Fundación Leer, cumplirá diez años y se realizará a fines del mes en curso. Ese día los chicos junto con docentes, parientes, voluntarios y otros miembros de la comunidad, convocados por la institución a la que pertenecen, se reúnen en un lugar para dedicar horas a leer y escuchar cuentos, compartir historias, participar en obras de teatro y de títeres, que disfrutan por placer.
A nivel provincial, existen valiosas experiencias como las de "Cuentoniño Don Bosco", en cuya edición de 2011 participaron alrededor de 1.100 alumnos de colegios privados y escuelas públicas de la capital y el interior de Tucumán.
En estos días, se llevó a cabo en el Colegio Santa María el certamen "Eso que tú cuentas... un mundo de anécdotas", en el que participó más de un centenar de chicos de varios establecimientos de entre ocho y 12 años. Los docentes buscaron el estímulo a partir de una anécdota que todo niño puede contar. El ingenioso recurso para desarrollar la práctica de la escritura y también la imaginación resultó una experiencia positiva, según los organizadores, y alborotó sanamente a los concursantes.
Este recurso pedagógico puede ser válido para continuar el proceso de aprendizaje. Si a un niño se le crea un interés, es decir se lo estimula con imaginación y se lo ayuda a que convertirse en protagonista de lo que debe hacer, su deseo de superarse será mayor. Muchas veces, el juego es un buen punto de partida para sortear las aparentes dificultades o las limitaciones del famoso "no puedo".
Sería interesante que si el Ministerio de Educación impulsara en los institutos de formación docente el contacto de los futuros educadores con escritores tucumanos y que se diseñara un programa de visitas de estos creadores en los establecimientos de la primaria y la secundaria. De ese modo, tanto alumnos como docentes tendrían acceso directo a los escritores y de paso, conocerían no sólo su obra, sino también la de autores fallecidos como Julio Ardiles Gray, Tomás Eloy Martínez, Manuel Aldonate, José Augusto Moreno, María Elvira Juárez, Rafael Jijena Sánchez o Juan José Hernández, por citar algunos nombres. De esa manera, los chicos desarrollarían mejor el hábito de la lectura, la práctica de la escritura y tendrían un mayor sentido de pertenencia con Tucumán.
Es una realidad que los niños y adolescentes, que están permanentemente bombardeados por medios audiovisuales, leen mucho menos que en otras épocas. Pero al mismo tiempo, hay programas, concursos que tienen por objetivo lograr la recuperación de este saludable hábito. Un ejemplo es la Maratón Nacional de Lectura, organizada por la Fundación Leer, cumplirá diez años y se realizará a fines del mes en curso. Ese día los chicos junto con docentes, parientes, voluntarios y otros miembros de la comunidad, convocados por la institución a la que pertenecen, se reúnen en un lugar para dedicar horas a leer y escuchar cuentos, compartir historias, participar en obras de teatro y de títeres, que disfrutan por placer.
A nivel provincial, existen valiosas experiencias como las de "Cuentoniño Don Bosco", en cuya edición de 2011 participaron alrededor de 1.100 alumnos de colegios privados y escuelas públicas de la capital y el interior de Tucumán.
En estos días, se llevó a cabo en el Colegio Santa María el certamen "Eso que tú cuentas... un mundo de anécdotas", en el que participó más de un centenar de chicos de varios establecimientos de entre ocho y 12 años. Los docentes buscaron el estímulo a partir de una anécdota que todo niño puede contar. El ingenioso recurso para desarrollar la práctica de la escritura y también la imaginación resultó una experiencia positiva, según los organizadores, y alborotó sanamente a los concursantes.
Este recurso pedagógico puede ser válido para continuar el proceso de aprendizaje. Si a un niño se le crea un interés, es decir se lo estimula con imaginación y se lo ayuda a que convertirse en protagonista de lo que debe hacer, su deseo de superarse será mayor. Muchas veces, el juego es un buen punto de partida para sortear las aparentes dificultades o las limitaciones del famoso "no puedo".
Sería interesante que si el Ministerio de Educación impulsara en los institutos de formación docente el contacto de los futuros educadores con escritores tucumanos y que se diseñara un programa de visitas de estos creadores en los establecimientos de la primaria y la secundaria. De ese modo, tanto alumnos como docentes tendrían acceso directo a los escritores y de paso, conocerían no sólo su obra, sino también la de autores fallecidos como Julio Ardiles Gray, Tomás Eloy Martínez, Manuel Aldonate, José Augusto Moreno, María Elvira Juárez, Rafael Jijena Sánchez o Juan José Hernández, por citar algunos nombres. De esa manera, los chicos desarrollarían mejor el hábito de la lectura, la práctica de la escritura y tendrían un mayor sentido de pertenencia con Tucumán.
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