Los bomberos están listos para hacerle frente a la sequía

Cuando parece que está todo controlado y que el fuego es historia, una tímida llama escondida entre los pastizales vuelve a generar una poderosa fogata. "Donde vean humo, ahí puede volver a encenderse", reitera el jefe. El equipo vuelve a la carga: con los bateflamas (a primera vista parecen látigos) comienzan a sofocar el fuego mientras los agentes equipados con mochilas rocían agua por la zona. Todo está controlado.

El sol parte la frente de los 90 bomberos voluntarios que acudieron al ex arsenal Miguel de Azcuénaga a recibir una capacitación para apagar incendios forestales. Desde el suelo, las llamas que ellos mismos habían encendido para realizar la práctica avanzan a la velocidad del viento y el humo denso vuelve nublado el cielo azul del domingo. Y todo comienza de nuevo: durante los dos minutos que pisaron el freno para tomar un sorbo de agua, en la otra punta del predio el pastizal arde con furia. A ese fuego no lo prendieron ellos: para verlos en acción, los niños del barrio lindero desataron el incendio intencionalmente y se esfumaron entre las casas. Nadie vio nada.

Durante dos días seguidos, la Federación de Bomberos Voluntarios de Tucumán "3 de Junio" organizó un curso para que los agentes aprendan a enfrentar la época de sequía. La federación aglutina 13 cuerpos de bomberos del interior de la provincia. Durante el curso ellos trabajaron mezclados en tres brigadas creadas para la ocasión. "La idea fue que todos hablemos el mismo idioma, que unifiquemos criterios y metodologías", explica Ángel Adolfo Aguilar, director de capacitación de la Federación y comandante de los Bomberos Voluntarios de Tafí Viejo.

Los trabajos preliminares comenzaron el sábado. Los uniformados realizaron cortafuegos naturales (senderos de 1,20 metro) a golpe de hacha y machete para delimitar el área del fuego. Pasaron la noche en esa dependencia del Ejército y ayer simularon incendios en varios focos diferentes. En la medida de lo posible, el fuego fue apagado manualmente e intentando utilizar la menor cantidad de agua.

"Por lo general, este tipo de incendio se da en lugares inaccesibles con los móviles, por lo tanto tratamos de ajustar al mínimo el uso del recurso hídrido", remarca Aguilar.

Las capacitaciones a los bomberos continuarán en octubre con un curso de rescate en agua, también organizado por la Federación. Planean reiterar el curso de incendio forestal una vez por año. "El bombero voluntario por lo general tiene buena predisposición de trabajo en las emergencias. En esta oportunidad, además, demostraron su capacidad para el trabajo en equipo", destacó el jefe.