La red no es gratis: vos pagás con tus datos

La red no es gratis: vos pagás con tus datos

La web sabe de nosotros mucho más de lo que creemos. Desnuda nuestros datos personales, movimientos y gustos. En los últimos años aparecieron en el país varias empresas que procesan el comportamiento de los cibernautas y luego los venden para el mundo de los negocios y la publicidad. Los usuarios están desprotegidos por un enorme vacío legal

Cuesta creerlo. No lo sentimos. Pero está ahí. Nos espía todo el tiempo. Lo hace mientras encendemos la pantalla. Y también cuando la apagamos. Internet sabe todo de nosotros: a qué hora nos levantamos, dónde vivimos, quiénes son nuestros mejores amigos, qué cosas nos gustan, si estamos en pareja o solos, si nos vamos de vacaciones, si tenemos deudas o si pensamos hacer alguna inversión.

Alguno de nosotros puede creer que tiene un bajo perfil cibernético y que está ajeno a esta realidad. Se equivoca. Incluso cuando nos preocupamos por ser anónimos, internet lo sabe. Cada vez más empresas se dedican a analizar detalladamente toda la información disponible en la web de una persona en particular. Lo hacen para potenciar su imagen en la red o para saber más acerca de ella y vender esa información al mundo de los negocios y la publicidad.

La web se ha convertido en el mejor espacio para sacarle radiografía a los consumidores, dicen los expertos. Las estrategias que se usan van mucho más allá de revisar las primeras tres páginas de Google. Analizan nuestros videos, las fotos, si hay noticias que nos nombren y todo lo que publicamos en las redes sociales, los links que ponemos en Twitter, las opiniones en los perfiles de los amigos y lo que ellos dicen de nosotros.

El resultado es, generalmente, una publicidad que nos llega hecha a medida. Nada es casual. Si dos amigos están intercambiando comentarios sobre una marca de ropa, por ejemplo, no será extraño que al costado de la pantalla aparezcan de repente ofertas de indumentaria.

Estados Unidos, Inglaterra y España fueron pioneros en esto de procesar el comportamiento de los cibernautas. En Argentina, ya abrieron al menos dos docenas de empresas que analizan perfiles en internet y trabajan sobre la reputación on line de personas y empresas.

No hay que entrar en paranoia, es lo primero que sugieren los expertos. Si bien se obtienen datos específicos de las personas, la gran mayoría son inofensivos. Se usan varios mecanismos para extraer información. Desde los cookies, que son códigos informáticos colocados en los navegadores para rastrear la actividad on line, hasta las páginas falsas que se crean para obtener referencias de un usuario (Phishing).

Sea cual fuere el procedimiento usado, nuestros datos están en manos de empresas que ni siquiera sabemos que existen, y que luego venden esta información sin que nos enteremos. Daniel Dron, director de Social Media Institute, pone la lupa en un punto esencial: aunque uno crea que las redes sociales son gratuitas, no es tan así. "Uno paga con su información. Todo lo que hacés en la web vale oro para las empresas que buscan saber sobre sus potenciales clientes", señala. La firma que dirige Dron se dedica a formar y a capacitar en las nuevas profesiones que surgen en Internet. Entre otras, cada vez más gente se perfecciona en buscar la información que generan las personas en la web. "Internet tiene un poder extremo, accesible a cualquiera que quiera recopilar información. Cada dato que aportamos tiene un valor económico; es información que se trafica y se vende", detalla a LA GACETA.

Los especialistas sostienen que la gente no toma verdadera conciencia de lo que sube a la web y cómo eso luego puede ser usado. Según Dron, el usuario común está bastante desprotegido. "Cuando uno navega siempre debe aceptar cláusulas de confidencialidad. Estamos desprotegidos, en realidad, por la falta de compromiso con la lectura de esas cláusulas. El 95% de la gente acepta las condiciones impuestas por los sitios web sin siquiera leerlas. No sabe que en ese acto está entregando un montón de información. Y no le importa, hasta que tiene un problema", explica. Igualmente aclara que muchas veces esas condiciones no son tan válidas. "El tema de fondo es que hay un vacío legal muy grande", dice.

Aún nadie sabe con exactitud adónde va a parar toda la información que cada uno genera en internet, ni cuáles serán los efectos de esto. Hoy, quien deja huella en la web lo hace para siempre. Borrarse de las redes sociales no garantiza nada, sostienen los expertos. Para quienes opinan lo contrario, ya hay páginas que ofrecen suicidios virtuales gratuitos (por ejemplo http://suicidemachine.org), bajo el lema "siéntente libre, como un pájaro de verdad".

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