Detectan una presunta estafa en la Escuela de Agricultura

Detectan una presunta estafa en la Escuela de Agricultura

Según un expediente, con una factura adulterada acreditaron una venta por $ 4.000. Una empleada de la EAS descubrió, de casualidad, que habían escaneado un recibo de 2010. Expediente en Asuntos Jurídicos

PEDIDO. Alumnos de la EAS reclaman cuestiones académicas y que se realicen auditorías en el establecimiento. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI PEDIDO. Alumnos de la EAS reclaman cuestiones académicas y que se realicen auditorías en el establecimiento. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
29 Julio 2012
Sobre la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia (EAS) se cierne una irregularidad que amenaza con enviar a segundo plano el reclamo académico que vienen realizando alumnos de la institución, y algunos padres de estos. El 21 de noviembre del año pasado, la secretaria administrativa de la EAS, Silvana Olea, alertó al director de la entidad, Edgardo Grasso, sobre la adulteración de una factura emitida por la escuela. En la nota, Olea pedía que se lleve adelante la investigación, con el fin de que se esclarezcan los hechos y, de ese modo, se la deslinde de responsabilidad por la presunta estafa.

La falsificación de la factura fue descubierta por la trabajadora no docente en forma casual. Según consta en el expediente N° 12.220 -al que tuvo acceso LA GACETA, y que obra en la Dirección de Asuntos Jurídicos de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT)-, el 29 de julio de 2011, la Reserva Experimental de Horco Molle compró a la EAS dos vacunos faenados, por $ 4.000 y por $ 4.140. La venta fue realizada por Germán Cornejo, coordinador del área pecuaria del establecimiento.

El 14 de noviembre, el secretario de Gestión y Finanzas de la Facultad de Ciencias Naturales -unidad académica de la que depende la reserva-, Pedro Saraza, envía una nota a Grasso en la que señala que la rendición de la operación fue rechazada por la Dirección General de Administración de la UNT (DGA). Según precisa Saraza, el rechazo se debió a que la factura por $ 4.140 (N° 0001-16374) presentaba un código que no correspondía a la EAS. En efecto, en lugar de 0001 la documentación debía llevar el número 0035: tal es el "puesto de venta" de esta escuela.

En una nota enviada el 23 de noviembre al jefe de contabilidad de la DGA, Guillermo Figueroa, Grasso explica que la diferencia en el puesto de venta se debe a un error informático; y admite que esto se viene dando desde junio de 2008. Agrega que, a partir de la advertencia de Saraza, se comunicaron con la Dirección de Informática, para que se solucione el problema y se rectifique el software con que se emiten las facturas de la EAS.

El 16 de noviembre -dos días después de la nota de Saraza-, el director de la reserva, Juan Pablo Juliá, se dirigió a la EAS para solicitar la rectificación de la factura. Fue entonces cuando Olea descubrió la irregularidad más grave, en la factura N° 0002-15476, por $ 4.000. "Al tomar el recibo advierto delante de Juliá que estaba escaneado y adulterado", expresa la nota que la secretaria envió a Grasso.

El expediente también incluye la factura original, que fue escaneada y modificada digitalmente para acreditar la venta del vacuno por $ 4.000. Se trata de un recibo por $ 20, por el pago de reincorporación de un alumno, realizada en agosto de 2010.

El dinero, en gastos
Según se desgrana de una nota que Cornejo envió a Grasso el 2 de diciembre de 2011, el dinero por la venta de los vacunos no ingresó a las arcas de la EAS, sino que se destinó a gastos del área que dirige Cornejo. "(Juliá) me exige el reintegro de los $ 4.000 (...) hasta tanto le solucionen la entrega de la factura. Y no veo la manera de hacerlo, pues ellos deben haber consumido la carne y el dinero fue aplicado a gastos del área pecuaria", dice la nota. Cornejo dice que no adjunta en la nota comprobantes de gastos por casi $ 13.000 -"porque no se lee bien en las fotocopias"-; pero aclara que cuenta con los originales, en caso de que le sean requeridos. También afirma que él no emitió las facturas: "sólo entregué un recibo provisorio como comprobante para solicitar las facturas correspondientes en Administración".

Sin embargo, en una carta enviada a Grasso el 13 de diciembre, Juliá afirma que la factura N° 0002-15476 le fue entregada al veterinario de la reserva de Horco Molle en el área pecuaria de la EAS, cuyo nombre no se consigna.

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